Diccionario de dioses del Antiguo egipto para amantes del País del Nilo

DICCIONARIO DE DIOSES DEL ANTIGUO EGIPTO:

 

“El egipcio es capaz de permitir que se queme toda su propiedad,

pero arriesgará su vida para salvar a un gato sagrado”

     Herodoto

 

En un pasado viaje a Egipto, compartí varios días con una pareja de economistas  barceloneses que viajaban por primera vez al País de los Faraones.

Llevaban tres guías de viaje, una con mucha fotografía en color ( lo que solo sirve para encarecer el producto y no garantiza en absoluto la funcionalidad del libro) y las otras dos, las clásicas guías de viaje de bolsillo. Viendo que mis conocimientos de Egipto eran algo mejores que los de ellos, me estuvieron preguntando constantemente por detalles históricos y arqueológicos de la viaje civilización. La verdad es que las partes básicas de la historia egipcia se les pude argumentar con cierta dignidad, pero cuando me preguntaban por los dioses, si exceptuamos los “prima dona” de dicho panteón y mi preferida: Bastet, la diosa gata, que por razones que no vienen al caso es muy querida por mí, varios de los nombres que me preguntaban, o mejor dicho que repetían por habérselos oido a alguno de los guías, me sabían a “chino”.

Buscamos entre las no demasiado abundantes librerías de El Cairo y de Luxor y no encontramos ni un solo diccionario de dioses egipcios, y menos lógicamente en castellano. Recordaba que en mi  biblioteca tenía varios, principalmente el del alemán Manfred Lurker (1), posiblemente el mejor en lengua castellana. Aquel día me prometí que si escribía un libro sobre aquella milenaria cultura, incluiría un pequeño diccionario sobre los principales dioses de su panteón, haciendo una pequeña referencia sobre ellos.

En la lista que a continuación ofrecemos, sin duda no están todos, pero sí que hemos escogido los más conocidos, para el caso de que si el lector se interesa en el estudio básico de estas divinidades, tenga por lo menos una pequeña referencia.

Así mismo, si usted tiene la suerte o la oportunidad de viajar a Egipto y se lleva este libro, cosa que para mí será un honor, puede utilizar este pequeño “vademécum”, y así cuando se encuentre en un templo y su guía le hable de Nekhbet, sepa que se trata de la diosa buitre, Sopdet, la diosa personificación de la estrella Sirio,  e igualmente con los demás dioses y diosas de este país.

Existen diferentes pronunciaciones y en algunas ocasiones el mismo dios o diosa es escrito de diferentes maneras según el autor, al igual que ya hemos visto que sucedía con los faraones. Nosotros hemos escogido los más comunes en los libros divulgativos y en algún caso hemos puesto dos nombres para facilitar su identificación.

 

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AKER: Personificaba la tierra. Las imágenes lo representan en ocasiones llevando la barca solar que simboliza el viaje nocturno.En un Texto de las Pirámides se dice de los hombres que tienen abierta las puertas del infierno: “Las puertas de Aker están abiertas”.

 

AMÓN: Junto a su esposa Amonet, está mencionado en los textos de las Pirámides como un dios primordial. Los antiguos le llamaban “el escondido” por que era la fuerza invisible del viento. Recordemos que la desaparición de varios ejércitos en las cercanías de Siwa, donde se encontraba el oráculo de Amón,  se atribuía al “aliento vengador” de Amón.

 

ANAT: De origen semítico, se la consideraba una diosa guerrera. Era protectora contra los animales salvajes. Llevaba en su cabeza dos largas plumas de avestruz y una corona alta.

 

ANUBIS: Era el dios de la muerte.Titulado como “Soberano de la Tierra Sagrada”. Mientras se realizaba la momificación, un sacerdote con una máscara de Anubis, representaba a este dios. El  dios chacal lo podemos encontrar en muchísimas tumbas de todos los periodos. Algunos estudiosos aseguran que los egipcios no hacían distinción entre los perros y los chacales y sabemos que en las dinastías antiguas, ambos animales eran muy venerados y casi asimilados.

 

APIS: El más venerado de los bueyes de aquel país, en un principio se le consideró como símbolo de la fertilidad. Era el heraldo de  Ptah.

 

APOFIS: La “serpiente gigantesca”, era la personificación del  rival del dios, y el símbolo de las fuerzas de la oscuridad.

 

ATÓN: En un principio, Atón representaba el astro solar.Más tarde, el disco solar se consideró una representación de Re.

 

ATUM: Era la representación del caos primordial del que había surgido todo lo existente en el mundo.

 

BASTET ( o BASTIS): La diosa gata, era adorada principalmente en la ciudad de Bubastis, donde habían varios templos llenos de gatos. Se la asocia en ocasiones con las diosas leonas  Tfenis y Sacmis.

 

BES: Este simpático y deforme dios, de cara burlona y grotesca, era considerado un genio tutelar que defendía el hogar de las influencias negativas. Curiosamente es una de las deidades egipcias que ha dejado más huellas en España, pues se han encontrado figurillas que lo representan en el Alt Empordá (Girona) y las Baleares.                       Los arqueólogos también lo asocian con la música, la alegría del hogar y también curiosamente en alguna ocasión con la guerra.

 

CNUM: Fue venerado en forma de carnero hasta principio del Imperio Antiguo. Seguidamente se le representó como un hombre con cabeza de carnero.

 

FÉNIX: Ave sagrada de Heliópolis. Disfrutaba de un culto paralelo al del dios Re en esta ciuad, donde vivía en la piedra Benbén ( un obelisco)

 

GUEB: Personificación de la tierra. Llevaba las plantas en la espalda, y también el agua salía de él. Junto a Nut, la diosa de la noche, engendró el sol.

 

HAT: Es la personificación de la infinidad, ante todo referida al espacio que rodea a la Tierra. Se le representa en ocasiones como portador del cielo.

 

HAPY: Era la personificación del Nilo. En muchas ocasiones se le relacionaba con Nun, las aguas primordiales. Algunos autores creen que provenía de tiempos arcaicos en los que esta divinidad era un ser andrógino.

 

HARACTES: En un principio así se denominaba al dios del Sol mañanero. En tiempos más tardíos confluyó en la pareja Re-Haractes

 

HATHOR: El nombre de esta diosa significa “Casa de Horus”, su símbolo lo representa como un halcón en el interior de su casa. La idea de que el cielo era una vaca gigantesca, motivó su representación en forma de vaca.

 

HEKET: Diosa representada en forma de rana o con cabeza de este batracio, era venerada rincipalmente en la ciudad de Herur y se la consideraba el complemento femenino de Cnum.

 

HORUS: Considerado como un dios del cielo; se le representaba como un halcón con las alas abiertas.Cuando el culto de Osiris ganó en importancia, este dios se convirtió en el hijo de Osiris, y sobrino de Set. Su nombre significa “alto” o “lejano”. Tenía cuatro hijos, los cuales preparaban el camino de la ascensión del difunto. Sus nombres eran: Imset, Hapy,Duamufet y Deberkhsenuf.

 

IBIS: Pájaro de color banco. Se le consideraba como la encarnación del dios Tot.

 

IKHNEUMÓN: Divinidad  relacionada con las mangostas. Algunos autores la identifican con la diosa local Uto.

 

ISIS: La Diosa Madre. Probablemente antigua Diosa Mater que se remontaba a tiempos arcaicos. Su nombre significa “trono”. Se la consideraba mmadre simbólica d los reyes. Esposa y hermana de Osiris y madre de Horus. Era venerada como la “rica en magia”. Muy probablemente el culto a las Vírgenes negras que se da en Europa en los siglos XII y XIII principalmente, sea un sincretismo de la diosa Isis.

 

JONSÚ: Dios vagabundo y miembro de la triada de divinidades de Tebas. Tenía la facultad de tomar la forma de un joven o un viejo.

Se le representó también como un niño, con la cabeza rapada y una cola  colgando de un lado del cráneo, llevando el disco de la luna sobre la cabeza. En ocasiones se le consideró un dios curador, por lo que se enviaban imágenes suyas a los reyes aliados de Egipto si éstos se encontraban enfermos.

 

KADESH: De posible origen semítico, pudo ser en un principio una diosa prostituta-sagrada. Era la diosa de la vida erótica y como tal se la representaba generalmente desnuda y de pie sobre un león.

 

KHEPRI ( o KEPHERA): El escarabajo como dios primordial. Era el “que se originó por sí solo”. Llegó a ser equiparado con Re. La teogonía egipcia lo coloca en lo más alto de la creación, y en ocasiones lo asocia con Osiris, apareciendo este último asimilándose los atributos del primero. Muchas tumbas se ven decoradas con el dios escarabajo.

 

KHONSU: Conocido como el “paseante”. Era el dios de la luna. Se le representaba como hombre joven momificado.

 

MAAT: Era la personificación de las leyes básicas de todo lo existente. Personificaba así mismo, los conceptos de la ley, de la verdad y del orden mundial.

 

MAFDET: Venerada especialmente en los tiempos antiguos, era una manifestación de la autoridad judicial, sobre todo en los casos de ejecuciones.

 

METIER: Esta divinidad representa la personificación de las aguas primordiales en forma de vaca.

 

MIN: Tuvo varios simbolismo, siendo quizá el principal el de la unión entre el hombre y la mujer.

 

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MIU: Según algunos autores, uno de los hijos de la diosa Bastet, adorada principalmente en Bubastis, ciudad del Delta.

 

MONTU: Dios con cabeza de halcón.Luchaba contra los enemigos de los dioses, y concedía a los faraones la victoria, por lo que muchos estudiosos lo consideran un dios de la guerra.

 

MUT:  Con aspecto de buitre, era considerada como esposa de Amón, del que tuvo un hijo llamado Khonsu.

 

NEFERTEM: Divinidad solar, era el dios de la fragancia.. Tenía aspecto de león.

 

NEIT: Vieja diosa local de Sais. Era un numen guerrero. Era también diosa de los cazadores. Llevaba un arco, las flechas y el escudo.

 

NEKBET: Diosa buitre.

 

NUN: Representa la materia primordial y la primera materialización del ser. Era el océano previo a la creación. Se le considera un dios cósmico.

 

NUT: Era la personificación del firmamento. Se la representaba como una mujer doblada en arco sobre la tierra y tocando con sus pies y manos, el horizontes occidental y el oriental.. En algunos templos se la representaba como una cerda que se comía a sus lechones o que les daba de mamar.

 

OSIRIS: Sin duda el más conocido dios del panteón egipcio, y probablemente el de simbolismo más amplio. Su nombre parece que significa “lugar del ojo”. Hijo de Gueb.

Hermano del malvado Set. Algunos lo consideraban como el padre de Egipto. Es más que probable que sea el recuerdo de algún gran rey de la época arcaica que fue divinizado tras una guerra civil con su hermano. El color del dios era blanco, como las vendas de las momias. Los pies del dios, aparecen siempre juntos en alusión al reino de las momias.

 

PTAH: Con forma humana, era muy venerado en Menfis. Se le representaba vestido al estilo de una momia. Parece ser que en un principio fue un dios de los artesanos, pero con el tiempo alcanzó mayor importancia. Se le conocía también como el “ancianísimo”. En ocasiones se le representa como un alfarero capaz de crear todo lo que quería.

 

RE ( o RA): Dios solar por excelencia. A partir del faraón Kefrén, todos los reyes del país se consideraban “hijos de Ré”. Este dios solar cruzaba el océano celestial en su barca, como timonel del mundo, acompañado por su visir Tot y su hija Maat.

 

RENENUTET: Soberana de la tierra fértil, también conocida como la diosa de los graneros. Su nombe está compuesto por renen (alimento) y utet (serpiente). Cuando serecogía el trigo y se prensaba la uva las gentes hacían ofrendas delante de la imagen de la diosa, que tenía la forma o la cabeza, dependiendo del lugar, de una serpiente. Los griegos medio la adoptaron llamándole Thermutis.

 

RESHEF: De origen semítico, probablemente cananeo, se le consideró un dios guerrero, pero también el que “atendía los ruegos”.Como guerrero, se le representaba con un escudo y una maza de guerra.

 

SACMIS ( o SEKHMET): Conocida como “La Poderosa”. Causaba espanto por donde iba, incluso los partidarios de Set, el malvado, la temían y escapaban solo al oir su nombre., tenía forma de león. En una época fue la patrona de los médicos, pues tenía la facultad de curar. Los últimos cinco días de cada mes, su bestialidad y cólera se despierta y hay que calmarla para que no rompa el equilibrio del mundo.

 

SATIS: Considerada soberana de Elefantina, era esposa del dios creador Cnum. Daba la sagua purificante a los difuntos. Llevaba sobre su cabeza dos cuernos curvados de antílope.

 

SELKET ( o SERKETH): Diosa que “hace respirar las gargantas”. Representada por un escorpión, era un divinidad protectora. Indudablemente su origen se remonta a las primeras dinastías o quizá aún a tiempos anteriores. Ayudaba en ocasiones al dios solar en sus fórmulas y rituales mágicos. Algunos autores como Oscar Uzcátegui la asocian con la diosa Isis.

 

SERAPIS: Este nombre es la forma griega de Osiris-Apis, o sea el dios toro Apis, elevado a la categoría de Osiris. Desde su templo (Serapeum) de Alejandría, el culto de Serapis al igual que el de Isis, se extendió por todo el Imperio Romano hasta la llegada  del cristianismo como religión de estado.

 

SESHAT: Era la diosa de la escritura. Era venerada bajo el epíteto de “la que preside la casa de los libros”. Iba generalmente vestida con la piel de una pantera, y llevaba en sus manos una palma.

 

SET: Hermano de Osiris y también quien le mató, era agresivo y batallador. Se le consideraba en ocasiones responsable de todas las guerras y conflictos.Relacionado con la Osa Mayor, jamás podía ser vencido totalmente. Posiblemente este dios tenga su origen en algún caudillo arcaico que luchó en fraticida guerra civil contra su hermano Osiris.

Algunos autores lo consideran como un polo dualista entre el Bien (Osiris) y el Mal.

Era el “Soberano de los desiertos”, en contraposición a su hermamno “Soberano de la vegatación”.

 

SHED: Se le conocíia como “el conjurador” y era una divinidad protectora. Los cazadores le pedían suerte y busnas piezas.

 

SHU: Personificaba junto a su hermana y esposa Tfenys,  las fuerzas necesarias para vivir. Este paternal dios del aire, sostenía en sus brazos en alto la bóveda del cielo, separándolo de esta forma de la tierra. En alguna ocasión se le representaba como un humano con cabeza de león.

 

SOBEK (  o SUCO): El dios cocodrilo. Lógicamente por su asimilación con el gran reptil, se le consideraba un dios de las aguas y del Nilo. Su principal templo, hoy muy visitado por los turistas estaba en Kom-ombo.  Se encargaba de hacer deverdecer las hierbas y las plantas.

 

SOPDU: Dios de las fronteras. Se le representaba generalmente como un halcón acurrucado. Se conoce poco sobre su culto.

 

SOTIS: Sincretismo o helenización de la diosa egipcia Sopdet. Se la conoció durante algunos siglos como “diosa del año nuevo”. Estaba vinculada a las aguas.

 

TFENYS: Diosa de la humedad, esposa y hermana del dios Shu.

 

TOT: Uno de los más conocidos, y de origen remoto. Su cabeza de pájaro Ibis nos remite a un origen en el Delta del Nilo. Era el soberano de la luna., en el periodo tardío se le conoció como el “Atón de plata”. Se le conocía como “El soberano del tiempo” y también como “El calculador de los años”.

Como protector de Osiris, se convirtió a su vez en el ayudante de los muertos. Se le identifica con Hermes en su interpretación griega.

 

TUM: De origen remotísimo, se le asocia al sol e incluso algunos autores lo confunden con Tot. Personalmente creemos que se trata de la misma divinidad, pero algunos estudiosos los diferencian. Llevaba siempre en sus manos en emblema de la cruz de la vida, la famosa Ank, Muy apreciado actualmente por los gnósticos.

 

TUERIS: Muy antigua, esta divinidad tenía forma de hipopótamo, y era la protectora de las mujeres embarazadas. Se tenían pequeñas estatuas de esta diosa en las cabeceras de las camas y tenía cierta relación con la cosmética.

 

UPUAUTH: Dios venerado principalmente en Licópilis, era representado en forma de cánido, lobo o chacal. Esta divinidad abría con su estandarte el desfile real, por lo que se le consideraba como el “Guía de los dioses”. En muchas procesiones funerarias, una imagen suya encabezaba el cortejo.

 

UREO: Divinidad no demasiado estudiada, podía tener forma de cobra, pero también de león. Se le consideraba relacionada con los cultos solares, de aquí su representación leonina en ocasiones.

 

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Las moradas de los dioses:

 

Terminamos aquí este pequeño diccionario sobre las principales divinidades adoradas en el antiguo Egipto, Cada ciudad, cada nomo (departamentos administrativos del Imperio que en un principio fue algo parecido a una federación de tribus), cada pequeño pueblo, quizá cada aldea, tenía en ocasiones sus propias divinidades, por lo que se nos hace imposible dar una relación completa de estos dioses (1), posiblemente tan siquiera exista. Fijémonos en un aspecto que creemos importante, y es que la mayoría de dioses “locales” o que pertenecían a un nomo en concreto, eran representados en forma de animal o con la cabeza de animal (Hathor, Tot, Cnum, Bastet,etc), mientras que los que no dependían de lugares concretos, o bien representaban elementos cósmicos, tenían generalmente forma humana (Nut, Gueb, Osiris, Isis,etc). Quizá pueda deberse a que el origen de los nomos se pierde en la noche de los tiempos, cuando la religión egipcia era muy distinta a como llegara a ser en los tiempos “institucionalizados” de los grandes faraones.

Con los aquí reseñados, creemos que el lector puede tener una ayuda para conocer las divinidades que hicieron con su culto,de Egipto, el país posiblemente más religioso de la Historia.

Tan importante como los dioses, eran los templos, pues  las grandes religiones conocidas, probablemente exceptuando los celtas, que tuvieron una verdadera “religión de los bosques”( al igual que las tribus germánicas y escandinavas) todas las demás culturas han levantado grandes edificios para adorar o simplemente dar albergue a sus divinidades, para tener más cerca  la divinidad, para servirla y por qué no, aprovecharse de su protección, que cuanto más cercana mejor.

Luxor, Karnak, Abydos, Dendera, Jnum, Kom-ombo, Filae… son nombres actualmente turísticos, visitados por cientos de miles de personas cada año, pero en tiempo de los grandes faraones, fueron el corazón mágico y sagrado de aquella cultura, donde habitaba la divinidad. Desde que se erigiera el primer gran templo egipcio, en una fecha totalmente desconocida pero que a buen seguro se remonta a principios del cuarto milenio a.C. como mínimo, hasta el fatídico año 535, en que el integrista emperador Justiniano (482-565 d.C) lanzara desde la populosa y muy cristiana ciudad de Costantinopla un edicto para abolir los últimos cultos dedicados a la diosa Isis, que seguían practicándose en el templo de Filae, miles de templos de todos los tamaños se levantaron en Egipto, muchas veces unos encima de otros, siglo sobre siglo, milenio sobre milenio.

No hemos creido oportuno dar una relación de los templos más importantes que aún hoy pueden visitarse, debido a que Nacho Ares recientemente en uno de sus últimos libros, ofrece una excelente relación monográfica de los más conocidos templos de aquel país, con una extensa documentación y descripción de cada uno de ellos (2).

Solo queremos remarcar la gran importancia de estos edificios como “Morada de los dioses”. Somos muchos los que al entrar en un templo egipcio notamos que éste, tiene vida propia, y es que para comprender, estimar, incluso para amar esta antigua cultura debemos hacer algo tan difícil como “pensar” como un egipcio antiguo, y si no somos capaces, por lo menos alejar de nuestra mente aunque sea por unos minutos, los “racionalismos” imperantes y que nos han metido en la cabeza desde niños en la escuela y la Iglesia. Con la mente “abierta” quizá podamos notar como el “corazón” del templo, palpìta, y su “cerebro” se pone en contacto con el nuestro; quizá así podamos comprender algo del gran misterio que guardan los templos faraónicos..

Finalizaremos repitiendo una vez más, que sin su extenso panteón y su enrevesada y complicada religión (3) que aún hoy es discutida en muchas ocasiones por los especialistas,  el Egipto faraónico no hubiera llegado a ser la más poderosa y espléndida civilización de nuestro mundo antiguo (4).

 

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  • Para quien quiera profundizar en el estudio de los dioses egipcios, recomendamos el libro de Manfred Lurker Diccionario de Dioses y Símbolos del Antiguo Egipto. Ediciones Indigo (Barcelona 1991).
  • Templos sagrados del Antiguo Egipto. Ediciones EDAF. (Madrid 2001)
  • Si algún lector quiere profundizar en el estudio de estas divinidades y la religión egipcia en general desde un punto de vista totalmente gnóstico ( “ciencia” donde se une la razón, la fe y el ocultismo) les recomendamos el único libro, al menos que sepamos, escrito en castellano y que trata extensamente esta temática desde este punto de vista tan “particular”: El Egipto gnóstico, Oscar Uzcátegui, ediciones Indigo (Barcelona 1990)
  • En esta relación hemos ignorado algún personaje que por ser totalmente histórico no creemos que deba constar en este listado. Este sería el ejemplo del médico y arquitecto Inhote, aunque algunos autores como Ezcátegui y Vendrecci los incluyen en sus listas como “Señor de las Ciencias”.

Para saber más

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El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa

Templarios, la batalla de El Álamo y otras cosillas que escribí y yo sé por qué

Este capítulo pertenece a un libro mío ya agotado en que hablo de la parte negativa del Temple.

 

Y, los panegíricos que muchos autores hacen de dicha Orden los comparaba en dicho libro con las mentiras que se han contado sobre la batalla del El Álamo por parte de los tejanos y más tarde los EEUU contra los solados mexicanos ( mira que me cae mal su actual presidente, el populista Obrador o Cobrador o cómo se llame el tal…)

 

Aquí lo dejo

El día 6 de marzo de 1836, cuando apenas empezaba a clarear el día, 183 hombres, principalmente norteamericanos aunque los había de otras procedencias, armados hasta los dientes, esperaban junto a muros y parapetos a que un enemigo muy superior en número, pues se supone que eran más de tres mil, e incluso mejor armado ( y mandados por oficiales profesionales) gracias a su tren de artillería, arremetiera contra la antigua misión española, convertida en aquellos momentos en una pequeña y rudimentaria fortaleza.

Entre los muros secos de sol y centenarios, estaban tres hombres que se harían célebres e incluso legendarios tras su muerte. El joven e inexperto comandante de los sitiadores, William Barret Travis, el rico y valiente Jim Bowie, famoso por su enigmático y ya legendario cuchillo ( el cual ha creado escuela) y sus duelos, siempre victoriosos, a muerte, y el camorrista, bebedor y fanfarrón cazador y explorador David Crockett. El primero murió en los primeros momentos del asalto. El segundo sólo tuvo la oportunidad de demostrar su valor, que nadie puede poner en duda, matando de un disparo a quemarropa a un soldado mejicano desde su cama, ya que los últimos días los pasó acostado, sufriendo de lacerantes dolores, posiblemente debidos a una hernia discal. El tercero, según las pocas crónicas hechas ese mismo día, fue muerto a golpes de bayoneta y machete por los soldados mejicanos; una vez finalizado el combate, se le encontró junto a otros cuatro (otros dicen que solo dos) compañeros, escondido entre sacos, barriles y vituallas, e incluso se dice, aunque quizá se trate solamente de una calumnia, que estaba disfrazado de mujer, para pasar desapercibido.

Desde que sonó el primer disparo hasta que el fuerte-misión, cayó en manos de las tropas regulares mejicanas del general Antonio Miguel de Santa Ana, transcurrieron NOVENTA minutos. Ese cruento suceso es actualmente conocido y magnificado como la batalla de El Álamo.

Quien más quien menos ha visto, en alguna ocasión, el film interpretado y dirigido por  el patriotero e impresionante actor norteamericano John Wayne,  el impecable Richard Widmark, y el siempre polémico y variable Laurence Harvey, entre otros, y cuyo guión, obra de James Edward Grant, si lo comparamos con el suceso histórico que al parecer es el real, solo coincide en la fecha, el lugar, San Antonio de Béjar (Tejas) y una contienda que seguiría aún durante bastantes meses y que enfrentaría a  tejanos y  mejicanos, con el beneplácito, cuando no la instigación directa, de los ya por entonces expansionistas Estados Unidos de Norteamérica.

Antes de continuar, que quede claro que no queremos, en absoluto, sacar ni un ápice de valor y consideración a los hombres de los dos bandos. Hombres que murieron por unos nobles ideales, hecho que, personalmente, consideramos totalmente digno de admiración y respeto. Sólo hacemos mención de este bélico acontecimiento para que el lector vea cómo en algo sucedido hace menos de dos siglos, la gente—lógicamente los norteamericanos— ha hecho de una cortísima batalla todo un hecho épico y ha intentado y conseguido, como ya es habitual en ellos, que personajes con “sombras” ( como Crockett,  por ejemplo, o el presumido y absurdo en ocasiones, Travis) estén rodeados, en cambio, de “luces” y que con el paso de las décadas, la mayoría de la gente crea en la versión “patriotera” y manipulada de unos para olvidar lo que realmente sucedió en aquello que, el historiador Edoward Bobrowski, especialista en el tema, denominó en uno de sus trabajos al respecto, como “Los noventa trágicos minutos del Álamo” .

Algo muy parecido ha sucedido con el tema de los Caballeros del Temple. Nadie puede dudar que, durante su existencia, fueron una gran potencia militar, religiosa y política  (sin olvidar la muy importante parte económica) y que sus guerreros contribuyeron extraordinariamente a la “reconquista” temporal de los llamados Lugares Sagrados o Santos Lugares durante las cruzadas en Tierra Santa. También es verdad que fueron ellos los que, muy posiblemente, abrieran las puertas de la luz a una Edad Media llena de oscurantismo, ya que es más que probable que el siempre maravilloso, impresionante y hermético estilo gótico, verdadera enciclopedia de los distintos SABERES ( geometría, simbología, arquitectura, ingeniería, alquimia, matemática, escultura, astronomía, astrología…) puede que tuviera más relaciones con los templarios de lo que habitualmente se dice. Sobre este tema, mencionaremos una teoría que asegura que además de coincidir prácticamente el nacimiento del gótico con el comienzo de la Orden del Temple, las grandes cantidades de dinero que en un principio se destinaron a erigir las grandes catedrales solo podían salir de las dos grandes potencias económicas del momento (además de las aportaciones voluntarias): judíos y templarios; y los primeros no eran precisamente muy dados a invertir su dinero en monumentos cristianos. Pensemos que no será simple casualidad, o al menos eso creemos, que el primer edificio religioso que podemos definir como gótico, el de Sant Denís, fue mandado construir por el abad Suger en 1137, y este religioso, era amigo personal de Benardo de Clairvaux, promotor del Temple. Otro factor a tener en cuenta es el auge que los templarios dan al culto primordial a la Virgen, bastante secundario hasta entonces, incluidas muy particularmente las de color negro, o lo que es lo mismo, el regreso a la ancestral devoción hacia la Gran Diosa Mater, la Madre Primigenia, tan común en todas las culturas y civilizaciones y que se remonta a los primeros pasos trascendentales del hombre, el cual regresó a la “casi” cristianizada Europa, de la manos de esos guerreros-monjes. Otro aspecto que no debemos olvidar es la gran movilidad que dieron a la economía y el comercio europeo y que muy posiblemente fueron, como veremos en otro capítulo, la piedra primordial de lo que hoy es la economía de Occidente, y los “padres” de la banca en Europa. Llegados a este punto, creemos interesante citar la controvertida, y posiblemente algo exagerada, frase del historiador especializado en órdenes militares medievales Desmond Seward: Ninguna otra institución medieval ha hecho tanto para el auge del capitalismo.

Sus conocimientos esotéricos fueron, sin ningún tipo de duda, una realidad. Tanto la geobiología, simbología, hermetismo, arquitectura sagrada, como aspectos de la magia cósmico-telúrica que hoy nos pueden parecer fantasiosos. Sus contactos durante las cruzadas con los movimientos y las escuelas místicas e iniciáticas de Oriente, principalmente de Egipto y la antigua Mesopotamia, e incluso con la misteriosa secta de los “asesinos”, de los que hablaremos extensamente en otro capítulo de este libro, les introdujeron en unos conocimientos de los que Europa, exceptuando quizá la culta España musulmana y los principales enclaves con población judía, tan siquiera conocían y que, en algunos casos, pudieron iniciarlos en secretos perdidos. Libros antiguos, que se remontaban a siglos o quizá milenios, pudieron muy fácilmente ser consultados por algunos dirigentes templarios durantes sus correrías por tierras orientales, y en ellos aprendieron conocimientos que la oscurantista y supersticiosa Europa, siempre férreamente vigilada de cerca por la dogmática Iglesia Católica, hubiera sin duda anatemizado.

Pero, en general, se tiende a creer—y pensamos que de forma totalmente equivocada—, que TODOS los templarios estaban iniciados en antiguos y trascendentales secretos provenientes, quizás, de antiguas y casi olvidadas civilizaciones, desde las mesopotámicas, hasta la siempre fascinante del País del Nilo. No dudamos ni un sólo momento en afirmar que la cúpula jerárquica del Temple, o más aún, una élite dentro de la orden, sí que tuvo unos conocimientos esotéricos muy importantes que, entre otras cosas, les llevó a desear la posesión de antiguos enclaves sagrados, secretos que incluso actualmente pueden en parte haber heredado sociedades más o menos secretas, como los francmasones, por ejemplo. Sobre este elitismo, el investigador Gillete Ziegler, autor del libro Les Templiers asegura que existió en el Temple una regla diferente a la “oficial”, que era conocida solo por algunos, y no todos, de sus dirigentes, y que tras la persecución de la orden por el papa y el rey de Francia, habría sido destruida, o quizá, ocultada.

Como vemos, esto es muy  distinto a pensar que por el hecho de ser miembro de la orden del Temple, en sus distintos grados o categorías, todos ellos fueran unos “iniciados” en los grandes secretos, y guardianes de Verdades Desconocidas, como el Santo Grial, o el Arca de la Alianza, o la descendencia de Jesús, tema actualmente muy de moda. Hay mucha diferencia entre estas dos afirmaciones, y no somos los únicos en estar convencido sobre ello, pues los periodistas Lorenzo Fernández Bueno y Josep Guijarro Triadó, en su interesante libro Rex Mundi (ver bibliografía) opinan aproximadamente lo mismo y dicen textualmente: sabido es que los templarios, guerreros primero y monjes después, eran un grupo hermético, enormemente estructurado y jerarquizado , donde cada miembro tenía su lugar, y no todos, sabían lo mismo. El conocimiento, no llegaba a todos por igual. Estamos totalmente de acuerdo con ambos periodistas, los que además, y en el mismo trabajo, dicen al hablar de los templarios y sus “supuestos” amigos los cátaros y su  cuestionada “custodia” del Santo Grial: Seguramente el Grial, nada tiene que ver con un linaje de sangre, cuya importancia es irrelevante, puesto que puede verse truncado en cualquier momento por un accidente, una enfermedad, un caso de esterelidad…y seguramente tampoco es un cáliz, pues para ellos Jesús, era uno más, que andaba por la Tierra; en todo caso, Jesús no fue Cristo, hasta que estuvo en la cruz ( sin entrar en detalles sobre si murió o no murió en ella). Palabras que hacen pensar mucho sobre el Conocimiento real que tuvieron “algunos” dirigentes del Temple, y principalmente sobre cual era realmente su OBJETIVO FINAL..

Hemos de pensar que en una encomienda normal, podían vivir cuatro o cinco caballeros del Temple, más una veintena de sargentos, y quizá medio centenar de peones y auxiliares, de los cuales, posiblemente, y en el mejor de los casos, solamente “alguno” de los escasos caballeros, podían estar al corriente de parte de los secretos que conoció, y supo guardar perfectamente la Orden.

Desde hace ya muchas décadas, nos atrevemos a decir que desde la eclosión del neoesoterismo histórico de finales del siglo XIX, existe una verdadera corriente de simpatía, en ocasiones casi patológica, hacia los templarios y todo lo que les rodea o rodeó en su momento. Grupos neotemplarios están afincados en toda Europa e incluso, lo que es más curioso, en Hispanoamérica y los Estados Unidos, y en algunas ocasiones, entre estos mismos grupos, se disputan quiénes son los “verdaderos” herederos del Temple original. Pensemos que el año 1981, el Vaticano hizo un curioso estudio sobre las sociedades y organizaciones que se decían vinculadas, cuando no herederas, del Temple. Los resultados fueran abrumadores ya que se encontraron más de 400. Algunas de dichas asociaciones y organizaciones eran totalmente altruistas y benéficas y se dedicaban y siguen haciéndolo, a la ayuda a gente necesitada y a enfermos; otras, culturales e incluso folklóricas, y bastantes, simplemente sectarias o de dudosos propósitos. Llegados a este punto, voy a comentar una anécdota que fue uno de los primeros detonantes que me hizo, un ya lejano día, pensar en escribir un trabajo sobre la parte “oscura” y menos conocida de dicha orden.

Hace ya bastantes años, fui invitado a un debate sobre la Orden Templaria que se emitió en lo que por entonces se llamaba Canal 8 TV y actualmente es Barcelona TV. El programa era conducido y supuestamente moderado, por el siempre correcto y sobrio director de cine y televisión Francesc Herrera. Los protagonistas del debate, que fue de lo más “caliente” que se emitió en aquellos tiempos, ya que la “tele-basura”, actualmente omnipresente en los diferentes canales de televisión afortunadamente aún no había llegado de forma generalizada a nuestras pantallas, éramos el polémico periodista y fundador de la decana revista esotérica y paracientífica Karma 7 ( de la que yo era por aquel entonces coordinador de redacción), Josep María Armengou Marsáns (1), una persona radicalmente nacionalista, un medievalista de cuyo nombre no puedo acordarme, y que pese a haber intentado conectar con los encargados del archivo de dicho canal, nada queda al parecer sobre dicha grabación,  y por lo tanto, no puedo recuperar su nombre, dos miembros de asociaciones neotemplarias, de origen sudamericano, y el autor. Que el programa iba a ser “visceral” pudo intuirse desde un principio, pues incluso antes de empezar la grabación, y por una extraña casualidad premonitoria, explotaron sin razón aparente dos de los focos del improvisado estudio televisivo, que en aquel momento, se encontraba en la popular y céntrica sala Abraixas de la Ciudad Condal..

Tras la introducción por parte del director-moderador, el medievalista hizo una aséptica e interesante crónica de quiénes fueron históricamente los templarios, y su influencia en la Europa medieval, principalmente en Cataluña y más tarde en la Corona de Aragón. Seguidamente, Armengou, muy fiel a su ideología, afirmó que dicha orden había sido fundada por un caballero catalán, concretamente por Hug de Pinós, miembro de una rancia y noble estirpe pirenaica, tema éste, que desde el siglo XVII, ha venido comentándose en más de una ocasión, y que relaciona a este caballero pirenaico con el fundador del Temple, Hug de Payns. Seguidamente, fueron los dos hispanoamericanos quienes hicieron un encendido panegírico de la orden militar, asegurando que fueron santos varones, que estuvieron en posesión del Santo Grial, que fueron los defensores de la cristiandad ante la barbarie sarracena, verdaderos ángeles custodios de los peregrinos y prácticamente que cualquier avance de la Edad Media había sido obra de los monjes-guerreros y que, lógicamente, ellos, los miembros de su orden neotemplaria, eran los “sucesores verdaderos” y “únicos” herederos de todos sus milenarios secretos. Mi intervención fue más heterodoxa, comentando que no todo eran luces en la historia del Temple, sino que habían bastante sombras en sus casi dos siglos de existencia. El revuelo, la indignación, e incluso la agresividad verbal de los dos sudamericanos, fue desproporcionada, y lo que tenía que ser un tranquilo debate terminó en un enfrentamiento verbal que, en algunos momentos, superó las normas más básicas de la educación, lo que fue in crescendo al hacer Armengou un comentario que hoy diríamos xenófobo sobre aquellos dos neotemplarios de ultramar. Terminada la grabación, continuó el desagradable espectáculo debido al mal entendido entre los dos “neotemplarios” y el fundador de Karma 7 sobre la posesión templaria de Tortosa, pues mientras uno se refería a la ciudad catalana, uno de los últimos enclaves musulmanes en tierras catalanas, los otros lo hacían en referencia a lo que fue importante enclave y fortaleza templaria desde el año 1152 durante las cruzadas, y situada en territorio sarraceno, concretamente en una zona muy estratégica de la por entonces poderosa Siria, y frente a la cual, en un islote rocoso, se levantó, como veremos más tarde, el último baluarte de los templarios en Oriente. La única conclusión que saqué del acalorado debate es que había gente que, bien por convicción, cuando no, por intereses personales ( incluso económicos y lucrativos en algún caso), eran capaces, no solamente de monopolizar a los antiguos templarios, sino de lo que es igualmente negativo, de desmentir cualquier “mancha negra” o sombra en la historia de aquellos hombres armados y rudos.

Se tiene que ser muy dogmático o muy cerril de mente para no aceptar que en una institución tan poderosa y con una larga trayectoria de casi dos siglos, y donde militaron docenas, posiblemente cientos de miles de hombres, guerreros, y que llegaron a poseer un gran poder en todos los sentidos, no lo olvidemos, no pudieran existir muchos aspectos negativos y deleznables, aunque parece que exista un pacto de silencio sobre esa otra historia del Temple.

Así me lo hizo ver un día, mientras comíamos en un agradable restaurante de la antigua y bella ciudad francesa de Carcasona, el historiador galo Jean Louis Gasch, con el que había tenido cierta polémica durante el primer congreso de “Catarismo y Gnosis” celebrado en la milenaria ciudad amurallada, tema del que hablaremos más adelante. Concretamente el francés me comentó las malas acciones, algunas de ellas bélicas, que los templarios habían realizado en tierras occitanas contra los cátaros, y de las que al parecer, la mayoría de investigadores, preferían dejar en el olvido, y de las que comentaremos algunos casos en un capítulo posterior.

Quizá por estas anécdotas que he comentado, decidí escribir este trabajo, que vuelvo a repetir, no es ningún “ataque” a los caballeros templarios y su institución, de la que ya he escrito abundantemente en otros libros anteriores, y de forma generalmente favorable, sino presentar al público una serie de acontecimientos históricos, que sucedieron, fueron reales, llevados a cabo por hombre de carne y huesos, con sus virtudes y defectos, que de todo lo hubo, y que en cambio, la mayoría de investigadores, prefieren, por desconocimiento o por “simpatías”, obviar.

Un ejemplo sería el del Gran Maestre Gerard de Ridefort, al que dedicamos un capítulo entero en este libro, y que siendo la máxima autoridad del Temple en su momento, reunía en su persona casi todos los pecados que puede tener un hombre, exceptuando la cobardía, la cual tampoco está clara. Soberbia, codicia, orgullo, violencia, ira, defectos todos ellos que pasaron a ser símbolo y señal templaria para los muchos enemigos del Temple en su momento.

Antes de continuar, prefiero ser repetitivo y reafirma, que la parte positiva de los templarios es digna de gran elogio, y mucho más, en la Península Ibérica, en que jugaron un importante papel en la reconquista contra los árabes, o en el apoyo que sin duda aportaron y ya hemos mencionado anteriormente al precioso y hermético estilo gótico, que llenó Europa, empezando por Francia, cuna del templarismo, de magníficas catedrales (2), pero de eso ya se han ocupado sobradamente otros autores, incluso yo mismo, en otras obras. En las páginas que vienen a continuación, sólo tenemos por objetivo presentar una serie de sucesos históricos que demuestran que no todo es oro lo que reluce y que los monjes-guerreros más famosos, sin duda, de todos los tiempos, tuvieron en algunas ocasiones, una cara “siniestra”, muy lejana a la caballerosidad y piedad cristiana que siempre se les supone (3).

 

  • Supongo que el hecho de ser invitados al debate Josep María Armengou y yo, se debió entre otras cosas, a que él, como director, y yo, como jefe de redacción ( durante los primeros números), formábamos junto a Armand de Sant Bernat ( pseudónimo del esoterista y escritor especializado en temas religiosos Lluis Utset) y Silvia Ferré, el staff de la publicación Cuadernos de investigación templaria, la única revista ( de venta por suscripción) especializada que nosotros sepamos, que existía por aquel entonces en España sobre el Temple. Más tarde se supo que algunas de las entrevistas aparecidas en dicha publicación, y firmadas por A. Lavaix Escales, habían sido manipuladas, y que incluso tras ese pseudónimo, se encontraba posiblemente el mismo director de los cuadernos. Aquello fue el final de dicha publicación.
  • Para los interesados en el arte gótico, y principalmente en sus catedrales, aconsejamos el libro La cuna de las catedrales ( ver bibliografía)

Al final de esta obra, presentamos una escogida selección de obras sobre el Temple, que pueden servir como ayuda a los lectores que deseen ampliar su estudio sobre dicha

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa