La Barcelona templaria y sus secretos

La Barcelona templaria

El 23 de abril de 1134, los nobles barceloneses Bernat Ramón de Massanet y su hijo mayor concedieron a la Orden del Temple una buena parte de las casas, un trozo de muralla y algunas torres, con un pozo y un gran patio, en la zona conocida como Casas de Gallifá, muy cerca del desaparecido castillo de Regomir, el cual había sido construido aprovechando viejas fortificaciones romanas que quedaron obsoletas tras la invasión del caudillo árabe Almanzor el año 985, por lo que se decidió construir un castillo urbano. Los templarios decidieron edificar un poderoso enclave en aquella zona.

La superficie que ocupaba la influyente casa del Temple en Barcelona estaba delimitada de la siguiente manera: la fachada principal estaba situada en la actual calle de Templers,, que aún conserva su nombre, y descendía hacia la zona portuaria, teniendo uno de sus muros en la actual calle de Ataulf; el recinto era cruzado y con dos puertas a cada extremo y un gran patio en el centro, en lo que actualmente se denomina calle de la Condesa de Sobradiel . Si nos situamos en dicha calle podremos tener una idea exacta de las dimensiones de aquella casa del Temple; esa calle tiene exactamente la longitud de la posesión templaria, siendo el principio y final actuales de dicha vía, dos de las entradas al recinto de la Orden.

Siguiendo hacia la zona marítima, tenían un muro final, posiblemente fortificado, que tenía una pequeña puerta de acceso, la cual aún puede verse perfectamente, y es uno de los pocos indicios físicos puramente templarios que podemos ver en Barcelona. Se encontraba en lo que se conoce hoy como calle del Timó, una callejuela recoleta y sin salida.

La iglesia templaria original sigue allí, pero con algunas variantes respecto a cuando era posesión de la Orden. La entrada actual de la iglesia conocida actualmente como de Nuestra Señora de la Victoria, Santa María del Temple o del Palau, está en la calle Ataulf, donde en los siglos XIII-XIV existía el muro posterior de dicha iglesia.

Merece observarse la actual entrada a la iglesia y fijarse en el ajedrezado superior y en las dos ménsulas que aún pueden observarse en la puerta, todo ello auténticamente templario y que fueron trasladadas allí al realizarse el cambio de orientación de la puerta de entrada.

En el interior de la iglesia, de unos 26 metros de largo por 10,65 de anchura y las mismas medidas de altura, se han encontrado recientemente pinturas pertenecientes a los templarios, concretamente a ambos lados de la actual puerta, y que pueden verse si accedemos al interior del templo. En la parte baja de las columnas pueden verse extrañas figuritas esculpidas que parecen representar hombre y mujeres desnudos.

Sobre la orientación del altar de dicha iglesia se ha especulado mucho. Unos aseguran que estaba misteriosamente orientado al contrario que los templos cristianos, mientras otros opinan que en un momento dado, se desconoce cuándo, el altar fue trasladado, y el primigenio se encontraba donde hoy se pueden ver las pinturas murales y unas pequeñas hornacinas en los muros que servirían para guardar los vasos sagrados.

Este edificio pasa desapercibido; pocos son los autores que hablando del Temple en Cataluña hacen excesivo hincapié en dicha iglesia, y en algunos casos tan siquiera mencionan la existencia de las ménsulas que observan a centenares de personas a diario, y guardan para sí los secretos de la Orden.

Además de su casa principal, tuvieron también posesiones cerca de la urbana fortaleza conocida como castell vell (castillo viejo), en Montjuic, y muy posiblemente en el puerto medieval así como en el mercado cercano de Sant Pere de les Puelles.

También en el interior de la casa palacio que alberga el Archivo de la Corona de Aragón se guardan una gran cantidad de documentos del Temple. Uno de los más significativos es el ruego del maestre del Temple en Inglaterra a principios del siglo XIV, pidiendo a los templarios catalanes que se resistieran a las órdenes contra ellos del Papa y el monarca.

 

Pero surge una sorpresa…  ( para saber más  ver enlace  http://editorialbastet.com/15-guia-practica-de-la-cataluna-catara-y-templaria.html

 

Miguel G. Aracil

 

Los excesos de confianza pueden ser peligrosos. AYER MISMO

Aunque tengo 64 años mi vida un tanto asilvestrada,muy » Nessmuk» o «reportero a lo clásico» me ha proporcionado una preparación física más que aceptable. Principalmente en la montaña y el mar ( encima y debajo).

Quizá por eso en ocasiones, el exceso de confianza es peligroso. Ayer lo viví en primera persona.

Desde hace 42 años jamás desayuno ni tomo gota de líquido alguna desde que me levanto hasta la hora de comer o del aperitivo. ni una sola gota de agua. Los que me conocen lo saben.

De la misma forma que logré hacerme casi inmune al frío ( poca gente bucea en pleno  marzo en las frías aguas del Cap de Creus sin traje, o sea a pelo o pasea en diciembre por las montañas nevadas del Pirineo sin otra cosa que pantalones y botas -sin camisa-. Entre otras cosas)

 

En los  añorados tiempos de reportero corrí  por diversas junglas ( Africa, América) y varios desiertos ( Sáhara, Wadi Rum..) y jamás tuve problema alguno. Sabía siempre lo que debía hacer.

 

Quizá, de hecho sin duda, este exceso de confianza puede llegar a ser peligroso.

 

Ayer po la mañana estábamos mi esposa y yo en el Cap de Creus ( Costa Brava norte) para bucear . Un par se sesiones. Mañana y tarde. Y desconectar de la puteada vida y rutina diaria.

La sesión de buceo de la mañana duró 95 minutos en aguas excesivamente calientes. La puñetera ola de calor había calentado el mar hasta lo desagradable.

Al salir tocaba la pertinente ducha con agua fría ( jamás, ni en invierno, me ducho con agua caliente; desde que estaba en el bachiller superior y , por razones que no vienen al caso decidí » luchar» contra el frío y…vencerlo)

Seguidamente un pequeño snak ( aperitivo líquido y sólido) para preparar la segunda tanda de buceo.

Al terminar el pequeño refrigerio mi esposa decidió, muy prudentemente, descansar un par de horas.

Yo, en un exceso de estupidez y supra confianza cogí un chambergo ( gorro militar de alas), un pantalón corto mimeta, un macuto militar ( con un Mora Garberg knive en su interior, que pesa poco y cortan lo que se tercie) y, sin siquiera camiseta ni cantimplora salir a » pasear» un rato. Aprovechando que, los 42 grados que teníamos habían asustado hasta a los MUY ESCASOS turistas que había en la zona: MUY POCOS, conste. Mal veo el veraneo para aquella gente de la zona que espera hacer el agosto con los turistas…TODO pasa factura…y más si son españoles ¿ capiscas?.

Tras mi pequeña ruta por las maltratadas pinedas ( se han cortado allí mismo y en los últimos años  centenares de pinos y otros árboles sin que NADIE se quejara) fui a despertar a mi mujer y, tras recoger de nuevo los bártulos de buceo irnos a los fondos marinos.

En todo lo que iba de día me había metido en mi interior a nivel  de líquido sólo dos vasos de birra. Y, para el exceso de calor, pese a quién pese ( a mí el primero) las bebidas alcohólicas, y menos si no has bebido mucha agua o jugos, no son buenas. EN ABSOLUTO, bromas  aparte de algún cretino)

 

Llegó sobre las 17,15 horas la segunda tanda de buceo.

Sobre 90 minutos y, de nuevo la ducha de rigor.

Soy persona que bebo pocos líquidos desde siempre ¡¡muy mal!! Y nunca me había pasado nada.

Llegó temprano la hora de la cena y decidí cenar con otros dos vasos de birra y un vasito de agua. la temperatura estaba sobre los 34 grados.

Sentí que apenas podía moverme, pues un cansacio , brutal, me invadió. Empecé a sudar de manera excesiva; mareos, ganas de vomitar, dolor de cabeza, y, mis ojos parecían una discoteca. Todo lleno de lucecitas.

Al momento, y pese a cierta confusión mental que me invadía, pude darme cuenta que estaba sufriendo un golpe de calor. Son muchos años de montañismo, y de otras cosas… Con uniforme o sin él.

Le pedí a mi esposa, que se asustó, una botella de agua, doble, y, cómo pude me senté ante un muro que parecía algo más fresco. Pese a estar cenando a apenas cincuente metros del mar.

Empecé a dar pequeños sorbos de agua hasta terminarme toda la botella y, ayudado por mi mujer me acerqué a la orilla del mar, para recoger la escasa brisa del viento de » garbí».

Poco a poco, y a base de ir bebiendo más y más agua me sentí mejor. Finalmente me fui a dormir, pues apenas podía caminar.

Conocía de sobras, y no por haberlos sufrido, pero sí haberlo visto en ocasiones, los síntomas del golpe de calor y más con una terrible ola de calor infernal que está achicharrando gran parte de Europa.

Esta mañana, más bien temprano me he levantado y, aunque no he dormido mucho, debido a los guiris borrachos ( se podrían «colocar» en sus puñereros países..) en este caso gabachos y belgas valones, conocidos míos por cierto, y alguno incluso excompañero de inmersiones en el pasado, y también a los petardos verbeneros ( San Pedro,. Sant Pere) me he dado, cómo siempre, una buena ducha, aunque para mi desgracia el agua estaba caliente por el calor y me he recuperado totalmente.

He comprendido que, el exceso de confianza es, en ocasiones, un mal más que un bien. Me he metido a bucear  en cuevas ( y solo) MAL HECHO ( eran otros tiempos), he hecho mucha montaña y atravesados lugares muy exóticos, pero siempre con la seguridad que yo era un simple «visitante» y que el embiente me podía hacer daño.

Pero en esta ocasión, algo cómo beber agua, al menos cuatro o cinco litros por persona y día si hay mucho calor( y no probar el alcohol y tampoco el café, algo , esto último, que por desgracia no puedo tomar desde niño por razones médicas) que tanto he predicado en campamento juveniles…y en otros, no he sido capaz de cumplirlo.

Y, la dejadez y los excesos de confianza pasan factura en ocasiones

 

Ya lo saben ustedes, si hace mucho calor, y es tan bestia o burro cómo quién esto escribe, de practicar todo el día deporte en plena hora de calor, llévese un par de cantimploras de agua ( H2O) y déjese de unas birras por muy buenas que estén

Que el calor nos sea leve y, maldito aquel o aquella que inventó las olas de calor. Con lo bien que se está con el frío

 

CARPE DIEM

 

www.miguelaracil.com