El «Saber estar» no debería tener ideología política. Ir en «pijama» a un acto por los guardia civiles caídos

Era todavía soltero cuando me presentaron a un hombre mayor, de figura aristocrática y bastante castrense al que todos llamaban » tío» (con tilde).

Su verdedero nombre era Viçens ( Vicente) nacido en Valencia y que, cuando estalló la Guerra Incivil española era un joven teniente.

Comunista ideológicamente, pero más español que un pasodoble–eran otros tiempos y otras gentes muy distintas a las actuales— se empezó a mover en su bando y llegó al empleo de capitán tras pasar por dos de las unidades de élite del ejército republicano, concretamente a los comunistas Quinto regimiento y seguidamente a la belicosa y fogeada 11 División

Aquel hombre ya mayor (tendría casi mi edad actual) iba siempre bien vestido y aseado y, cuando hablaba de la Guerra Incivil española destacaba que él, contra los militares del otro bando—salvo Franco y sus generales— nada tenía, aunque no soportaba a los falangistas y a los belicosos requetés. Y cuando, por desgracia hablaba sin tapujos de la cainita contienda—los españoles no hablamos de política, nos peleamos por ella, y más yo, con veintitantos años y mi carácter— siempre acababa diciendo que él, por España—vista desde su punto de vista— daría la vida en cualquier momento.

El»tío» (con tilde), o bien «oncle» como también le llamaban algunos —en catalán y valenciano es lo mismo…de hecho tampoco veo las diferencias linguísticas entre el ambas— republicano de izquierdas, concretamente comunista, y yo de derechas y monárquico, pues lo soy y jamás lo he ocultado—a quien no le guste y le ofenda siempre le puedo aconsejar un viaje para visitar las ruinas de Sodoma—nos llevábamos bien, ya que él, pese al largo tiempo trancurrido, seguía siendo un persona con alma castrense y, ante todo, sentía un gran amor por España—a su manera ideológicamente—

Hablé bastante veces con él—vivía en el barcelonés barrio de la Bordeta— y, tras escuchar sus batallitas, que no dudo que fueran reales en su mayoría, pues a sus edad era todavía bravo, y aunque no me hacían mucha gracia, normalmente acabábamos brindando por España—cada cual la suya— con unos «finos» de Tió Pepe y unas tapas.

No dudo ni por un momento que si a ese caballero— pues lo era— lo hubieran invitado a un acto castrense, y mucho más dedicado a los guardia civiles caidos en acto de servicio, hubiera guardado máximo respeto y presentado vestido de forma adecuada, ya que, ante todo, el «Tío» era un caballero, y que SABÍA ESTAR, y más en un acto en el cual, sin duda se hubiera emocionado y cuadrado militarmente

Aquel valenciano era un caballero, y, aunque su ideología estaba totalmente enfrentada a la mía, con el añadido de haber hecho la guerra, ante todo era RESPETUOSO y, SABÍA ESTAR EN CADA MOMENTO.

Escribo esta entrada tras haber conocido el ridículo, por ser suave—cosa que para mi es difícil, pues gasto mala leche y lengua afilada— que la actual directora de la Guardia Civil hizo hace muy poco al asistir a un homenaje a los guardia civiles caidos, con algo que, sin duda a muchos—tanto da de derechas o izquierdas, otra cosa es la extrema izquierda, que no destacan precisamente por su elegancia o » saber estar»— nos pareció un pijama y, lo peor, una falta de decoro y respeto hacia el acto y la Benemérita y sus caídos.

Y es que, el saber estar, la educación y le ética deberían no tener ideología política, y menos en este tipo de actos; aunque algunos , algunas y «algunes» ¿?¿?, en los actuales tiempos que corren—que muy pronto van a cambiar, y conte que no soy mi tocayo Nostramus— no temen hacer todo lo contrario. Desconozco si es por llamar la atención. o sencillamente por que no dan de más, pero. sigo opinando que actualmente, el RESPETO Y EL SABER ESTAR para ciertas gentes y cuerdas, parece que no existe.

Quiénes me conocen, principalmente mis amigos (1)—muy escasos, pues los puedo contar con los dedos de una mano y me sobran algunos—saben que no soy precisamente de vestir elegantemente—pero siempre aseado, pues no soy un «woke»—, pues mi manera de «fardarme» está muy cercana a lo castrenses, «bushcraft» y survivalero, pero, si me tengo que poner traje y corbata, me jodo—con perdón–y lo hago, aunqeno me guste.

(1) Para quien pueda estar interesado en mi distinción entre «amigos, amistades, compañeros, conocidos y saludados», en este mismo blog—que por razones personales y familiares lo he tenido muy abandonado últimamente—podrá encontrar una entrada monográfica sobre este tema

Miguel G. Aracil

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa