RESUMEN PERSONAL, PROFESIONAL Y SENTIMENTAL DEL 2017

 

Cuando el año 2017 está en sus últimos estertores y el neonato 2018 ya deja oír sus primeros llantos que, por desgracia suenan fúnebres y tenebrosos en algunos aspectos, sentado ante el ordenador repaso, resumo y escribo, cómo cada año, la breve reseña de cómo ha sido el fluir de este río formado por 356 días.

El ya “antiguo” 2016 tuvo cómo “misión principal” superar una desagradable enfermedad de esas que siempre te dices a mi mismo ¡a mí “eso” jamás me sucedería! pero sucede y la vences; no sólo por la medicación, siempre importantísima, sino por la ayuda de la poca gente de confianza que te rodea; fuera mi escasísima familia de dos y cuatro patas, fuera la escasa cantidad de amigos de confianza (suficientes los dedos en una mano)que estuvieron a mi lado en esos meses oscuros para mí.

El moribundo 2017 tenía que ser, y de hecho lo ha sido, un “ año puente” en el que tenía que hacer una labor de dinamitero y “volar” una serie de puentes que sólo podían traerme problemas.

Lo más duro fue cortar con casi 32 años de habitar casi la mitad del año o gran parte de él en el Cap de Creus (Costa Brava); fuera en la superficie o bajo sus cristalinas aguas, cuándo la prepotente “tramontana” permitía el buceo.

Aquel puente de más de tres décadas lo cortamos y, apenas fue doloroso, por no decir que no lo ha sido en absoluto. Y menos con el cainismo que habita hoy por mi tierra en general y en aquella zona en particular. Hubiera acabado muy mal sin duda.

Otro “puente” que debía de cortar era mi apego y pertenencia, desde el punto de vista profesional (editorial, periodístico y, lo peor, de amistades) con el “mundillo” del misterio.

Casi cuatro décadas es mucho tiempo de andar por ese “mundillo”. Casi tantos libros publicados cómo años tengo (y cargos de todo tipo en medios especializados)y varios cientos de reportajes publicados, son demasiado bagaje, quizá mal conducidos debido a mi carácter, cómo para permitir que cuatro “modernitos” recién llegados a la “arena” y desde su más cruel irrelevancia, se sientas superiores y “maestros” o, más triste todavía, que, algunos que fueron amigos míos y, la suerte, la profesionalidad (que en muchos casos es magna cómo el de Macedonia y no se les puede poner en duda y los aplaudo), en algún caso su falta de escrúpulos, cuándo no lamer algún lindo trasero de poderoso apellido, se te suban a la chepa. Y mucho menos cuando, el dinero apenas fluye de un mundillo cada día más prostituido, mediocre, pobre, cainita y que, se diga lo que  se diga, tiene los años contado.

Eso no quita en absoluto mi reconocimiento a algunos jóvenes profesionales de alta y digna valía profesional, que son muchos menos de lo que la gente supone, pero los hay ¡¡SIN DUDA!!.

Por todo ello, ahora hace un año ya comuniqué mi “casi” desconexión, aunque no absoluta, del “ mundillo” del misterio, pasando la escoba a fondo y, dejando solamente apenas una decena de compañeros con los que sigo manteniendo una relación más o menos fluida y sincera. En algún caso, por ser además amigo de la familia, caso del escritor Pedro P. Canto, en otras por ser amigos de hace muchos años y seguir siendo “humanos” y no trasladarse en “carros divinos” por los cielos del Olimpo.

La escoba se pasó y, este 2017 ha sido año de desconexión y quemar puentes, que no barcos, que eso se los dejo al valiente aunque iletrado Hernán Cortés.

Por lo tanto, sin dejar el “mundillo” totalmente, sí que he hecho una limpieza a fondo y, sólo siento no haberlo hecho antes.

Tres reediciones de libros agotados, la aparición de un nuevo libro (ya reeditado), y la próxima aparición (en este momento en imprenta) de otro para una editorial con la que nunca he trabajado, además de unos pocos reportajes publicados, son el pobre bagaje de este 2017 en un “mundillo” en el que estuve totalmente integrado, pero que, parece que ya no es el mismo que yo conocí.

Por otro lado, en distintos temas profesionales la cosa ha ido mucho mejor y ha sido un año un tanto montaraz, que incluso me llevó a aceptar con mucho agrado la invitación personal del más conocido instructor de instructores (civiles y militares) español, el equivalente a nuestro llorado y único Fernando Jiménez del Oso, pero no en el “mundillo” del misterio, sino en el mundo de la supervivencia y las Fuerzas Especiales españolas. Aquello me acabó de convencer que, si hubo algo “poco agradable” y sus secuelas en 2016 y parte del 2017, mi soma y mi psique lo había superado con matrícula de honor

 

En mi reciente memoria quedan los toques de diana, a golpe de cacerola y cuchillo en mano, que hace apenas dos meses revivía con el grupo o pelotón que me tocó mandar, por tierras del sur de Andalucía, tras preciosos vivacs bajo las estrellas y tapado solamente con un chaquetón militar, comiendo plantas e“ hierbas” recogidas por nosotros, y algún que otro gusano. Me recordaba viejos y añorados tiempos de los que muchos hablan o difaman e injurian, aunque  no tienen ni puta idea de lo que fue o dejó de ser mi pasado.

Por cierto, mi estancia de bastantes días por tierras meridionales de Andalucía, coincidiendo que mi hija estaba de viaje y mi esposa quedaba sola en Barcelona, me demostró de sobras quién es amigo para lo bueno y para lo malo y quién lo es sólo para la broma y el bidorrio. Esas cosas jamás se olvidan, cómo hacer fuero de fortuna con un pedernal o usar la brújula. Tomé nota en mi “moleskine” negra, cómo me aconsejó hace muchos años el añorado colega Andreas Fáber Kaíser, cuando yo no estaba todavía vetado en Catalunya Radio.

Para el año 2018 que ya asoma tengo claro que, alguno de mis“ buques” insignias, cómo son los libros sobre misterios y heterodoxia catalanes se han terminado debido a la situación CAINITA que se vive en mi tierra, y que ha hecho que, por ese integrismo de algunos , casi la mitad de librerías catalanas que vendían mis libros sobre el tema no los quieran por ser yo un autor “unionista”. Pues final de un periodo que ha durado 32 años y que ha dado para mucho, sobre todo para que aparecieran imitadores, cuándo no literalmente “fusileros” que tan siquiera me citaban o citan en sus bibliografías “fusileras”.

 

Este 2018 tengo proyectos, lógicamente, pues no sabría estar sin trabajar, eso se lo dejo a ciertos “liberados”. Y, sin dejar del todo, lo he dicho antes, el “mundillo” del misterio y los enigmas, otros temas más “naturales” y la Historia serán los objetivos, aunque jamás dejaron de serlo. Y, la Madre Naturaleza estará muy presente, aunque jamás ha dejado de estarlo.

Gente cómo Jesús Callejo, Lorenzo Fernández Bueno, u otros pocos seguirán siendo todavía puentes de unión entre un mundillo del que ya me considero veterano, aunque sólo sea por la muerte, desgraciadamente, de la mayoría de los que fueron mis “maestros” y predecesores, ya sea por veteranía profesional. Pero poco más espero del tema

Ruego y pido a  los dioses, en caso de haberlos, y no me refiero a nivel editorial y literario, que de esos sí los hay y conozco algunos, que este 2018 sea positivo en salud para mí, los míos (de dos y cuatro patas), mis escasos amigos y las muchas y formidables amistades (un grado o escalafón por debajo de “amigos”) a las que aprecio de verdad.

Cada año que se cierra es un libro que has leído y, cada año que empieza un libro que debes de leer y no sabes cómo terminará. Veamos este 2018 cómo termina, aunque, al menos en mi tierra empieza muy mal y, espero y deseo que, no lo haga con ruido de sables.

Mis mejores deseos para quién me lea y para sus “peludos” de cuatro patas que esos sí, jamás te apuñalan por la espalda, todo lo contrario

Naturaleza, Libertad y Tranquilidad

 

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa

Cuando sólo quedan los recuerdos.

¿Dónde estáis? Cuando sólo quedan los recuerdos.

Desde los trece años hasta casi los veinte, por estas fechas, a muy pocos días, incluso pocas horas para la Noche Buena, un ex íntimo amigo mío (y expadrino  de mi hija)  y yo  siempre nos sentábamos en la fría piedra de la fuente de la medieval Plaça  Sant Felip Neri, famosa gracias a las novelas del insuperable Carlos Zafont y soñábamos.

En aquel entonces no sabía que estábamos pisando las losas que cubren dos de los cementerios medievales más extraños de Barcelona.

Mi ex íntimo amigo soñaba con ser ingeniero, yo con cursar la carrera militar (oficial de infantería). Eran tiempos de los bachilleres (elemental, superior, las reválidas, el Preu) estudiados de noche y currando de día para ayudar a los padres.

Siempre íbamos al mismo lugar a soñar con un futuro prometedor y lleno de alegrías.

Él no llegó a ingeniero, aunque sí a ser el propietario de una conocida empresa de seguridad en el mundo privado. Y a forrarse (era un currante nato).

El  onírico futuro oficial de infantería se tuvo que conformar con llegar bastante alto en el mundo de los mandos de los Scouts de España-Exploradores de España y, en su momento cambiar el “Todo por la Patria” por el “formar e informar”.

Las armas y las castrenses estrellas  en la manga o la bocamanga por  los blogs, bolígrafos, cámaras de fotografiar y, por suerte (tampoco lo tengo claro) además del periodismo hizo camino en el mundo editorial con una sesentena de libros publicados y mucho mundo recorrido. Y mucho enemigo a las espaldas debido a esa manera peculiar de ser y su incontinencia verbal llamada sinceridad…y su carácter

Se dice que  posteriormente vistió varios uniformes, pero eso forma parte de la leyenda negra, o no,…

Aquellos dos adolescentes  que siempre iban juntos pasaban cada año varias horas allí, en esas fechas concretas, sentados sobre la fría piedra de la fontana, hablando de chavalas (más el “ onírico militar”, al que siempre le gustaron mucho las féminas), de los campamentos, de bucear, pues ambos eran submarinistas ya a esa temprana edad.  Hacían planes para el futuro.

Cuando terminaba la charla, ambos caminaban hasta la por entonces calle General Primo de Rivera, más tarde “carrer Ampla”. Allí,  tras recoger al restos de amigos, todos de la misma cuerda juvenil, uno de ellos “ cuasi hermano adoptivo” desde su nacimiento, recorrían  las tascas y bodegas juveniles, dónde poder beber vino peleón, y buscar camorra con los de la “ceba” ( separatistas ) y, si había suerte, “ligar” con alguna “ Guía de montanya” o “ daines” ( chicas del movimiento escultista catalanista, o sea,  “ los otros”)

Eran tarde-noches en las que, pese a la oscuridad propia del solsticio de invierno, todo era luz para esa pandilla de jóvenes mandos de la A.N.E.D.E (Asociación Nacional de los Exploradores de España). Todos ellos del Poble Sec y del Barrio Chino ( actual Raval).

Hoy, sentado solo, en aquellas familiares  y frías piedras, y siendo las misma fechas he pasado lista a lo que era querido para mí en aquellos años felices.

Padres, amigos. ideales…NO QUEDA casi NADA ( sólo algunos ideales  en un país que  ya no es el mismo).

Muchos, murieron físicamente ( D.E.P.), otros sentimentalmente, que es otro tipo de muerte igual de cruel.

Hoy, a mi lado  y en la misma fuente había una pareja de gays franceses o belgas besándose cariñosamente. He pensado en la estúpida, violenta y punible reacción que yo hubiera tenido en aquellos tiempos  ante esa escena, inimaginable hace 45 años. ¡¡¡Por suerte en eso he cambiado totalmente!!.

En cuando lo demás, he mirado al cielo, dónde sé que sólo hay cuerpos celestes y nada más y, he pasado una imaginaria lista de la gente que quise con locura, cómo mis padres, o mis amigos y camaradas de aquellos tiempos.

Por unos momentos he sentido algo parecido al terror, y no soy precisamente cobarde. NO ME QUEDA NADA ni NADIE de aquellos felices años.

Vivo en un mundo que es muy distinto y para mí peor, que el que conocí en aquellos años felices y llenos de alegrías y sueños.

¡¡¡No es mi mundo!!

¿Dónde está todo aquello?

Tras contemplar las puertas cerradas y abandonadas de aquellas tascas que fueron nuestros enclaves de asueto y quizá cosas peores, aunque juveniles, he decidido regresar a casa. Donde sé que me espera mi esposa, que me quiere (y yo a ella) y mis dos preciosos  gatos, Vlad y Puma.

Casi en la misma puerta de casa he visto un saco de huesos y piel, aunque iba muy abrigado. Era mi ex íntimo amigo, que supongo está en una fase terminal de alguna cruel enfermedad, pues era un cachas musculoso. Vive a unos pocos minutos de mi casa, aunque hace años que tan siquiera nos saludamos

No he sentido pena alguna. Quizá sólo un pensamiento “TODO se termina para todos, más tarde o más temprano”.

 

Tras saludar al empleado de vigilancia del edificio he subido al ascensor pensando  que, todo un mundo, MI MUNDO  de hace décadas, había desaparecido y sólo sobrevive en mis recuerdos en ciertas fechas

Todo termina, nada es infinito, ni el Universo. Por dicha razón es bueno, o tal vez malo, no olvidar esos buenos momentos que tuvimos y nos hicieron felices en otros tiempos.

22 de diciembre del 2017, mientras en la cadena  musical de mi  despacho suena música de Ádamo.

www.miguelaracil.com

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa