Cuánto más años cumplo, más necesito la Naturaleza y la soledad

Debe de ser la edad…supongo

Hace años que decidí, o me decidieron las personas y las circunstancias, ser poco sociable.

Puedo prometer y prometo que no siempre he sido así. Y, que me perdone el gran Adolfo Suárez por » fusilar» su famosa frase, pero algún otro, que no le llega ni a la mierda de los zapatos también lo hace, y encima engañando a quiénes le escuchan.

Pero dejemos la política que, cómo dijo el Borde de la Frontera,» es una gran mierda de la que viven unos pocos que ganan mucho y  por la que pelean muchos que no ganan nada».

Ayer por la noche, cenando con mi esposa en nuestro » tipi» del Cap de Creus le decía: » mira, hoy hace seis meses que te operaron y que, » sólo « tardaron 35 cinco días en darnos los resultados de la biopsia…Ya que, no hay dinero para la Salud o las farmacias, pero sí para dar subvenciones a mucho HIJO DE PUTA manipulador»

El dulzón olor de la vegetación ( señal que viene lluvia o mucha humedad), los negros nubarrones,  truenos lejanos ( que después llegaron con más brío que la caballería ligera), un puñado de gatos de los que alimentamos desde hace años en aquella zona ( pagando de nuestros bolsillos, claro) a los que se habían unido otra pandilla ( a todos los tenemos bautizados con un nombre) entre los que destacaban los recién llegados Sher-Kan, Morritos, y » Cremat» , y para terminar todo aquello una enorme piara de jabalíes que ya hace años que vienen de noche para visitarnos y comer lo que les dejamos en una pared, me animó a charlar con mi esposa de algo más interesante que el fútbol que escuchábamos por culpa de los vecinos de dos patas ( y conste que, tras mi equipo, el Barça, soy del Atlético de Madrid, pero, ningún equipo me merece ya coger cabreos  ni pelearme ya que, ninguno me da de comer)

Le hablé a mi mujer de John Muir ( 1838-1914) naturalista de origen escocés fundador del Sierra Club y verdadero » páter» del primer parque natural de los EEUU, el de Yosemite. Le hablé de George W. Sears,»Nessmuk», un periodista del siglo XIX que, harto de tanta mierda que tenía que soportar ( de dos patas) decidió irse a vivir en plena Naturaleza y enviar algunos artículos desde su cabaña de madera, acompañado del famoso cuchillo que todavía hoy conserva su nombre.

Y ya que menciono a mis amigos los cuchillos,  mientras hablábamos a la luz de la Luna y de una cálida luz del comedor al aire libre bajo una antiquísima morera y los numerosos gatos haciendo de guardia pretoriana ¿quiénes mejor y más leales? yo iba desmenuzando una madera con otro cuchillo, en este caso un Kodiak-Muela tuneado que casi siempre llevo al cinto.

Le decía a mi esposa que, si no fuera por la edad de ambos, que cada día empieza a pesar más, nos largábamos con nuestros gatos «familiares». Vlad Tepes y Puma hacia algún lugar lejano, en plena Naturaleza.

Donde no tener que aguantar al colega que se te copia los libros, al cabroncete que te critica por la espalda, cuando antes te lamía el culo, al cabronazo de delegado de la entidad bancaria con el que me tengo que pelear cada día primero de mes ya que, me cobra unas comisiones indebidas ( ¿para qué su todopoderosos amo las pueda donar a la » Obra»?, a los capullos que , aunque apenas los  conozca me piden favores editoriales, a l@s mamarrachos que me llenan en Facebook de invitaciones y juegos cuando saben que yo odio esas estupideces pueriles…

El afilado ( filo plano) Kodiak iba » comiéndose» la madera del bastón; el fuego de la barbacoa, encendido con un primitivo arco de fuego ( una de mis aficiones » bushcraferas» sabatinas) crepitaba en sus últimos estertores y, un inmenso trueno hizo que, mi vecino de dos patas, madrileño, de San Lorenzo de El Escorial, lanzaran un tremendo ¡¡¡joder!!. No sé si por el ruido de la tormenta, que le da miedo desde siempre, o por que había marcado el Atlético a » su» Madrid.

Sentí que el mundo en el que vivo, mi profesión, mi » mundillo profesional», muy podrido en los últimos tiempos ( ya escribiremos más adelante, con nombres, apellidos y traseros lamidos) o una parte de mis amistades ya no me llenan.

Supongo que serán los años, aunque físicamente puedo dar mucha leña a gente mucho más joven( hacía apenas tres horas que, como siempre, había salido de bucear, con aire del sur, y por lo tanto frío, oscuridad y sin traje de neopreno)

Quizá sea que veo el futuro muy negro en todos los sentidos; y eso que intento hace un tiempo escuchar cuánto menos los informativos, una de mis grandes pasiones.

Desconozco los años que me quedan, o le quedan a mi esposa, pero, lo que para mí es un dogma de fe, aunque sea ateo convencido, es que, sólo quiero  Libertad, tranquilidad y bastante soledad.

Y, todo eso, que para mí es casi la Arcadia, actualmente sólo la consigo en plena Naturaleza, con las montañas a mi retaguardia, mi Mare Nóstrum de frente y, los animales, sean jabalíes, gatos, perros asilvestrados o lo que sea, pero siempre de cuatro patas, cerca de mí.

Sin duda son los años, pero, pienso que, Robinsón Crusoe fue un verdadero afortunado, aunque le tocara de pareja el » morenito» de nombre semanal ( me quedo con mi esposa).

Mientras otros alardean ¿?¿?¿ de poco sociables, aunque se apuntan a un bombardeo para no estar solos, en ocasiones hasta la hilaridad, yo sí que, puedo prometer y prometo ( gracias, Don Adolfo y con su permiso) que, con mi mujer, los animales, un cuchillo al cinto, un » firesteel » colgado al cuello y la Madre Naturaleza cómo protectora, me siento, si no feliz, por lo menos tranquilo y agusto

Y es que, ahora, además de borde, agresivo según algun@s y repartidor de zascas ( principalmente a las teleoperadoras sudamericanas que diariamente me llaman a la hora de comer para ofrecerme alguna MIERDA que no me interesa) necesito hacer de anacoreta y, desconectar todo lo que pueda de la sociedad ( que ya no es la mía) de mis semejantes ( no me dejaron escoger especie) y de gran parte de los que me han rodeado hasta ahora.

Pero, aunque me importa un carajo ser el «raro» creo que, no soy el único que estoy sufriendo esta metamorfosis social.

Al poco de llegar a BCN ha sonado el teléfono de mi despacho. Era el doctor  Luismi xxxxxxx, amigo mío hace años. Profesor de la Universitat de Barcelona y de la Universitat .P. de Catalunya, científico de pro y en sus tiempos con galones militares, y no precisamente de cabo.

Le he contado lo que acabo de escribir y alguna cosa más y, me ha respondido: » Te comprendo perfectamente, yo he hecho lo mismo esta semana, pero en los Pirineos, con mi Extrema Ratio ( es que tiene mucha pasta el jodido)  (1)y el arco de fuego que me regalaste…

Me parece que, entre la crisis, la globalización y mucho cabrón que anda suelto ( en algún caso aprovechando mi trabajo para su lucro)  ya somos varios los nuevos John Muir o Nessmuk que corremos por esta Piel de Toro que hasta ahora se llama España y el año próximo vaya usted a saber, con tanto «iluminado», cuándo no chorizo que corre por estos lares.

Sean ustedes felices que, la vida son cuatro días y, una tercera parte, muchos ( que no yo, por desgracia) la pasan durmiendo ( y otros robando y llevándose el dinero a los paraísos fiscales)

 

(1) Cuchillos militares ( tácticos) italianos que cuestan mucho dinero,

 

Carpe Diem

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa