Aunque tengo 64 años mi vida un tanto asilvestrada,muy » Nessmuk» o «reportero a lo clásico» me ha proporcionado una preparación física más que aceptable. Principalmente en la montaña y el mar ( encima y debajo).
Quizá por eso en ocasiones, el exceso de confianza es peligroso. Ayer lo viví en primera persona.
Desde hace 42 años jamás desayuno ni tomo gota de líquido alguna desde que me levanto hasta la hora de comer o del aperitivo. ni una sola gota de agua. Los que me conocen lo saben.
De la misma forma que logré hacerme casi inmune al frío ( poca gente bucea en pleno marzo en las frías aguas del Cap de Creus sin traje, o sea a pelo o pasea en diciembre por las montañas nevadas del Pirineo sin otra cosa que pantalones y botas -sin camisa-. Entre otras cosas)
En los añorados tiempos de reportero corrí por diversas junglas ( Africa, América) y varios desiertos ( Sáhara, Wadi Rum..) y jamás tuve problema alguno. Sabía siempre lo que debía hacer.
Quizá, de hecho sin duda, este exceso de confianza puede llegar a ser peligroso.
Ayer po la mañana estábamos mi esposa y yo en el Cap de Creus ( Costa Brava norte) para bucear . Un par se sesiones. Mañana y tarde. Y desconectar de la puteada vida y rutina diaria.
La sesión de buceo de la mañana duró 95 minutos en aguas excesivamente calientes. La puñetera ola de calor había calentado el mar hasta lo desagradable.
Al salir tocaba la pertinente ducha con agua fría ( jamás, ni en invierno, me ducho con agua caliente; desde que estaba en el bachiller superior y , por razones que no vienen al caso decidí » luchar» contra el frío y…vencerlo)
Seguidamente un pequeño snak ( aperitivo líquido y sólido) para preparar la segunda tanda de buceo.
Al terminar el pequeño refrigerio mi esposa decidió, muy prudentemente, descansar un par de horas.
Yo, en un exceso de estupidez y supra confianza cogí un chambergo ( gorro militar de alas), un pantalón corto mimeta, un macuto militar ( con un Mora Garberg knive en su interior, que pesa poco y cortan lo que se tercie) y, sin siquiera camiseta ni cantimplora salir a » pasear» un rato. Aprovechando que, los 42 grados que teníamos habían asustado hasta a los MUY ESCASOS turistas que había en la zona: MUY POCOS, conste. Mal veo el veraneo para aquella gente de la zona que espera hacer el agosto con los turistas…TODO pasa factura…y más si son españoles ¿ capiscas?.
Tras mi pequeña ruta por las maltratadas pinedas ( se han cortado allí mismo y en los últimos años centenares de pinos y otros árboles sin que NADIE se quejara) fui a despertar a mi mujer y, tras recoger de nuevo los bártulos de buceo irnos a los fondos marinos.
En todo lo que iba de día me había metido en mi interior a nivel de líquido sólo dos vasos de birra. Y, para el exceso de calor, pese a quién pese ( a mí el primero) las bebidas alcohólicas, y menos si no has bebido mucha agua o jugos, no son buenas. EN ABSOLUTO, bromas aparte de algún cretino)
Llegó sobre las 17,15 horas la segunda tanda de buceo.
Sobre 90 minutos y, de nuevo la ducha de rigor.
Soy persona que bebo pocos líquidos desde siempre ¡¡muy mal!! Y nunca me había pasado nada.
Llegó temprano la hora de la cena y decidí cenar con otros dos vasos de birra y un vasito de agua. la temperatura estaba sobre los 34 grados.
Sentí que apenas podía moverme, pues un cansacio , brutal, me invadió. Empecé a sudar de manera excesiva; mareos, ganas de vomitar, dolor de cabeza, y, mis ojos parecían una discoteca. Todo lleno de lucecitas.
Al momento, y pese a cierta confusión mental que me invadía, pude darme cuenta que estaba sufriendo un golpe de calor. Son muchos años de montañismo, y de otras cosas… Con uniforme o sin él.
Le pedí a mi esposa, que se asustó, una botella de agua, doble, y, cómo pude me senté ante un muro que parecía algo más fresco. Pese a estar cenando a apenas cincuente metros del mar.
Empecé a dar pequeños sorbos de agua hasta terminarme toda la botella y, ayudado por mi mujer me acerqué a la orilla del mar, para recoger la escasa brisa del viento de » garbí».
Poco a poco, y a base de ir bebiendo más y más agua me sentí mejor. Finalmente me fui a dormir, pues apenas podía caminar.
Conocía de sobras, y no por haberlos sufrido, pero sí haberlo visto en ocasiones, los síntomas del golpe de calor y más con una terrible ola de calor infernal que está achicharrando gran parte de Europa.
Esta mañana, más bien temprano me he levantado y, aunque no he dormido mucho, debido a los guiris borrachos ( se podrían «colocar» en sus puñereros países..) en este caso gabachos y belgas valones, conocidos míos por cierto, y alguno incluso excompañero de inmersiones en el pasado, y también a los petardos verbeneros ( San Pedro,. Sant Pere) me he dado, cómo siempre, una buena ducha, aunque para mi desgracia el agua estaba caliente por el calor y me he recuperado totalmente.
He comprendido que, el exceso de confianza es, en ocasiones, un mal más que un bien. Me he metido a bucear en cuevas ( y solo) MAL HECHO ( eran otros tiempos), he hecho mucha montaña y atravesados lugares muy exóticos, pero siempre con la seguridad que yo era un simple «visitante» y que el embiente me podía hacer daño.
Pero en esta ocasión, algo cómo beber agua, al menos cuatro o cinco litros por persona y día si hay mucho calor( y no probar el alcohol y tampoco el café, algo , esto último, que por desgracia no puedo tomar desde niño por razones médicas) que tanto he predicado en campamento juveniles…y en otros, no he sido capaz de cumplirlo.
Y, la dejadez y los excesos de confianza pasan factura en ocasiones
Ya lo saben ustedes, si hace mucho calor, y es tan bestia o burro cómo quién esto escribe, de practicar todo el día deporte en plena hora de calor, llévese un par de cantimploras de agua ( H2O) y déjese de unas birras por muy buenas que estén
Que el calor nos sea leve y, maldito aquel o aquella que inventó las olas de calor. Con lo bien que se está con el frío
CARPE DIEM
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