Jubilación: Tranquilidad, Libertad y cortando amarras

La tranquilidad y la Libertad no tienen precio.

Cuando no hace tanto me jubilé, me puse dos objetivos: tener tranquilidad y Libertad

Una manera de conseguir la tranquilidad era sacarme de encima toda la gente «interesada» que me pudiera rodear. Empezando por lo que, hace años, denominé » El Spa del Vampiro Cabreado». Unas cenas al aire libre en las que mi esposa se dejaba las horas cocinando para muchos a cambio de nada. Reducí drásticamente el número de «miembros».

Otra era la Libertad de no dar explicaciones a nadie. Y, más o menos, lo he conseguido. De hecho creo que lo he conseguido totalmente.

Del que fue mi mundo profesional, sigo manteniendo cierta relación social y de amistad con unos pocos. De hecho los puedo contar con los dedos de una mano y quizá me sobre alguno. Eso no quita que, si en una conferencia, congreso o charla o ponencia me encuentro con algunos nos vayamos a tomar unas birras o incluso a comer o cenar. Pero, por lo demás, he ido cortando amarras con gente que ya sólo son pasado, con recuerdos buenos o malos, dependiendo de la situación..

Un conocido mío, famoso psiquiatra extranjero (con algún gran premio profesional en Inglaterra), residente en Barcelona, ( no, no iba a visitarlo profesionalmente para mi, sólo para charlar un rato, aunque NO pasa nada por ir al psiquiatra si lo necesitas, y de momento no es mi caso) cuando le comenté que me había jubilado me dijo: «Búscate algún aliciente, pues eres ‘culo de mal asiento’ y necesitas seguir siendo hiperactivo; hazlo por tu bien en todos los sentidos». Mis alicientes son , al igual que antes, la Naturaleza, las actividades que en ellas realizo (montañismo, «survival», bushcraft, «traker») y el buceo, y, siempre, pues eso es sagrado incluso para un ateo como yo, LOS ANIMALES.

Al principio me costó y sentía cierto complejo por lo de » jubilado», aunque, con la ley en la mano, puedo seguir «creando intelectualmente» hasta ciertos topes. Pero eso ya es cosa de mi gestor y abogado que lo controla.

Desde adolescente he tenido una gran facilidad para mandar de «coprotravel» (a la mierda) a quien me ha tocado las narices. Ahora es algo que ya hago habitualmente y de forma merecedora de un «Record Guinness«.

Me gusta pasar un rato hablando y riendo con alguna amistad o compañeros, y contarnos cosas y repasar los distintos dos exmundillos profesionales; aunque, ya nada es como era antes.

Me gusta, junto a mi esposa, quedar a cenar, de vez en cuando, en casa con un par de parejas con las que continúa la misma sincera amistad que antes. Pero poco más.

Los años que me queden de vida, que no creo que sean muchos, debido a mis actividades de asueto (cualquier día me quedo en los fondos marinos o me despeño por un barranco) los he programado para poder disfrutar de esos dos LUJOS: la Tranquilidad y la Libertad.

Cuando veo a pobre gente que casi mendiga » amistades» me pregunto hasta qué punto conseguirán nunca ser LIBRES, ya que, en ocasiones, las mejores amistades son las soledades de cada cual.

Mientras en la cadena escucho a Kítaro, cierro esta pequeña entrada en mi blog, el cual ya tenía muy abandonado.

Aprovecho, por si no nos leemos antes, para desearos una Feliz Navidad que, con mi jubilación, y tras años de apenas celebrarla, este año sí la voy a celebrar con mi mujer, mi hija, mis «hijos y nietos de cuatro patas» y, con los pocos amigos que han pasado el filtro tras más de 43 años de profesión y mucha relación social que, en su momento, » terciaba».

Miguel G. Aracil ( ahora «ex» de muchas cosas, pero jamás ex de la sinceridad, de la búsqueda de la Libertad y la Naturaleza y los animales y siempre fiel al compromiso con mi país: España)

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa