En más de 30 años de escritor y con 58 libros publicados, solamente dos veces había » abortado» un libro en avanzado estado de gestación.
Uno era una guía mágica y misteriosa de toda la Costa Brava.
El otro, encargado por mi mejor editor, Josep María Merín, de Editorial Arbor Scientae ( me publicaron siete libros en tres años) cuando lo llevaba muy avanzado ( eran tiempos de picarlos a máquina) lo vi «peligroso» ya que, en un país donde muchos ( por decir algo..) leen pero no entienden lo que leen, podía ser mal entendido o interpretado.
Me fascinaba el tema, pero, por ética ( por idiotez, pienso ahora) no quise seguir con él. Décadas más tarde, desde Óscar Herradón, Iván ( ahora Jannire) Rámila a otros compañeros del «mundillo» han publicado libros sobre el mismo tema, y ¡¡¡los felicito!! Yo veía peligroso hacerlo
En aquellos tiempos cogías los folios y, los quemabas o simplemente rompías y, a la basura.
Esta vez es la tercera que » aborto» un libro.
Lo empecé a escribir sólo terminar mi último trabajo, actualmente por la tercera edición( » Pueblos malditos ¿ pueblos fantasma?» de Editorial Bastet- Libros sobre misterio, enigmas y esoterismo.
Llevaba ya cinco capítulos, el prólogo me lo había hecho un apreciado compañero de Madrid, sobradamente conocido en el «mundillo» del misterio y, hasta llevaba las dedicatorias ( a dos personas del FB y a otras dos que no están por aquí).
Lo había tenido que interrumpir este vreano a raíz de encontrar la «cosa rara» a mi esposa y todo el proceso médico que siguió hasta ayer.
Hoy había decidido » atacar» el sexto capítulo y, estaba a las puertas de una de las menos conocidas ( y misteriosas) iglesias antiguas de BCN, cuando, tras pensar y mirarme internamente o meditarlo ( lo hago siempre a finales de año) he creído que, dicho libro, que hubiera sido muy vendible por otro lado, caía de pleno en el campo del «sensacionalismo» que tanto gusta a cierta gente…pero no a mí, y que, siempre critico.
He visto que, yo NO PODÍA escribir un libro sobre algo que no va conmigo por mucho misterio que, se supone conlleva y, mirando las puertas grafiteadas de dicho templo ( del reinado de Felipe V pero edificado sobre uno anterior) he decidido volver al despacho, y, una vez en mis «archivos» clicar la tecla » eliminar»….
Año y medio de trabajo y un segundo para «abortarlo»
En ocasiones se ha de ser consecuente con uno mismo.
Quizá si hubiera sido de los primeros, me hubiera podido la «ilu», pero, a estas alturas, mejor «muerto» que comiéndome la consciencia
Líber D.E.P.
saludos