Jamás he sabido si ser “pesetero” era una virtud o un defecto. Por desgracia no lo he sido nunca y, siento cierta envidia por algunos sí lo son…
Para mi hay dos tipos de “peseteros”: El respetable que de las piedras saca panes ( típico tópico de los catalanes) pero que, distribuye una parte de ese dinero entre los que han colaborado con él. He conocido algunos, aunque pocos.
El otro tipo, el “peseteros despreciable” es aquel, por ejemplo, que ganando bastantes decenas de miles de euros en poco menos de una semana, es incapaz de pagarles un simple menú a unas pobres “criaturas” satisfech@s y orgásmicas por dar una charla, ponencia o conferencia, con el sólo propósito de aportar “algo” a su paupérrimo curriculum profesional ¿?. De éstos también conozco algunos…
Defiendo fieramente que, el que trabaja debe de cobrar, a menos que sea un cabestro, un esquirol o, simplemente idiota. Conozco de las tres tipologías.
Otra cosa son los obsesionados por el “mardito parné”. Hoy he vivido dos casos.
El pasado agosto, en un control médico a mi esposa, le encontraron “algo” de gran tamaño que, sin dudarlo debía de ser tratado en el quirófano, y, cuanto antes mejor.
Tras verla varios médicos le dieron hora para el día 22 de este mes, o sea mañana, para que, una “vaca sagrada” de la especialidad correspondiente dijera el qué, el cómo ( que ya sabemos) y el cuándo para resolver el problema…
La semana pasada en la Diagonal de Barcelona, mientras acudía a un programa de radio ( aunque hace años que me prodigo poco, y menos en algunos medios “oficiales” o subvencionados” que, en Catalunya lo son casi todos) me encontré a un “comercial” que, me recordó que pronto habría un gran “ evento” del ¿ misterio? al que mi esposa acude desde su fundación hace 29 años ( soy uno de los dos pioneros vivos que queda de los “buenos tiempos”)
Le comenté que estábamos a la espera de la visita hospitalaria del día 22 (o sea mañana) para que nos dieran alguna “pista”; por lo cual le pedía que no la MOLESTARA de momento con llamaditas “comercial-crematísticas”.
Este mediodía, al llegar a casa ha sonado el teléfono. Al descolgarlo, el comercial, ya advertido, quería “recordar” a mi esposa el “evento” y las condiciones económicas. Lógicamente me he puesto desagradable (me cuesta poco), y le he recordado mi petición. Tras machacarlo con algún grito, le he dicho que, cómo mínimo hasta la próxima semana, ni se le ocurriera llamar a mi esposa.
Sin duda no tiene importancia el suceso “comercial-crematístico”, pero yo me pregunto: ¿hasta qué punto alguien puede no respetar los sentimientos, temores y preocupaciones de sus semejantes, sólo por llevarse una comisión?
Esta mañana me he encontrado en la Avinguda Roma a un personajillo del “mundillo” del misterio…De esos que aspiran a ser algo a base de lamer culos “populares” (y no me refiero del PP).
Me comentaba el “morralla”, extasiado, las “maravillas” de cierto evento que se está celebrando en BCN desde hace unos días, y que, tiene toda la fuerza y empuje (que es mucho) de un carismático comunicador de radio y TV del que prefiero no decir nada.
Tras aconsejarle que se secara la “babilla” que casi le caía de gusto, y despedirme del susodicho, me ha venido a la memoria cierto suceso acontecido hace décadas en el “ mundillo” del misterio.
Hace muchos años el gran (y él SÍ ERA GRANDE Y HUMANO) Fernando Jiménez del Oso tuvo que soportar varias andanas de metralla a raíz de cierta promoción que Fernando hizo sobre unas supuestas “pulseras magnéticas” y, hasta cierto punto terapéuticas. Cómo médico que era (y bueno en su especialidad, la psiquiatría) siempre tuve la duda si lo hacía convencido, pensando en el efecto placebo, o por otra razón. Pero, las descargas de artillería del 88 que recibió, principalmente desde mi tierra, hizo que me cabreara y saliera en su defensa.
Las principales “andanadas” partieron de las baterías del director de la decana revista Karma 7, Josep María A.M ( catalá, químicament pur), que escribía ( muy mal por cierto, y menos mal que Marius Lleget le corregía los artículos) en dicha revista con media docena de pseudónimos catalano-medievales ( yo era el coordinador de redacción de dicha revista y lo sabía bien), y tenía una editorial no declarada en la calle Valencia.
Otras andanadas, y más agresivas, pues él lo era y mucho (de palabra y físicamente), provenían de un ATS , aunque a él le gustaba alardear de “doctor” y “profesor” que, aunque pionero innegable del “mundillo”, organizaba cada mes o poco más, unos estupendos y populoso ( y caros) congresos de fin de semana en una conocida y costera localidad de la costa catalana…cobrando casi siempre en “ negro” ( la expresión “ b” no se conocía en esos tiempos).
¿Podían ambos personajes criticar a Fernando por la promoción, que sí es verdad que, se llegó a realizar en algunas entrevistas, de estas pulseras, supuestamente “magnéticas”, y, en algunos casos “supuestamente” terapeúticas?.
Es difícil, en estos casos, “tirar la primera piedra”. Cómo dice el refrán, “para tener la boca muy grande, debes de tener el culo muy limpio”
De lo que estoy seguro es que, Fernando Jiménez del Oso no hubiera montado exposiciones de “cosas raras” y misteriosas. Quizá me equivoque y sólo se trate de mala leche por mi parte, aunque lo dudo, pero, creo que jamás lo hubiera hecho
No voy a criticar, ni mucho menos, a quién hace dinero legalmente, aunque tire de puro “sensacionalismo”.
Incluso puede que le tenga envidia a la gente que sabe sacar dinero de debajo de las piedras…Sin duda viven mejor que yo, que, tengo que aguantar desde editores hijoputas que no pagan, a otros que, siendo del mismo “ramo materno” se montan ERES y tampoco pagan. Menos mal que uno es instructor de “survival” y, con un cuchillo y un firesteel (pedernal) le doy, pese a mi edad, mil lecciones a otro sensacionalista, pero en este caso británico, el exSAS, Bear Gryll.
Bueno, perdonen ustedes esta catarsis, y, felicidades a quienes saben ganar dinero, con sensacionalismo o no, pero siempre que paguen a sus colaboradores (pelotilleros incluidos, aunque a la espalda los machaquen). Y, mi total desprecio a los que, por ganar “er mardito parné” ni respetan los problemas de sus semejantes o les dejan que pasen hambre.