Aquellos andaluces miembros de las cofradías, rojazos, ateos pero que matarían por “su” Jesús o “su” Virgencita.
Una fria mañana de finales de octubre de 1976 llegué a la base general de las F.A.M.E.T. ( Boinas azules, los de la formidable y verídica película «Zona hostil«)situada en las montañas madrileñas, con un agujero enorme en el maleolo derecho que me mantuvo más de dos meses en el Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid y me obligó a pasar dos veces por quirófano. Sin haber recibido y lo prometo por mi honor, ni una sola gota de anestesia ninguna de las veces. A lo » medieval»: Bisturí, corte, malas caras, y malos modos por parte del teniente coronel médico que me operó ambas veces y peor por parte de las monjas que allí estaban.
En esos tiempos yo era católico y aprendí a odiar a las monjas.
Principalmente una tal «sor María», gallega y más que octogenaria. la cual hubiera sido una putada enviarla al Infierno en caso que existiera, pues el Diablo no se merecía tan mala gente en su feudo.
Pero a lo que vamos.
Al llegar a mi nuevo destino militar me encontré que sólo había una compañía de soldados y casi más mandos que tropa ( casi todos pilotos profesionales de helicópteros de transporte o combate comprados de » segunda mano» a los EEUU)
Allí estaba,con el malestar de tantas semanas de hospital, un agujero en el maleolo ( que todavía afea mi tobillo actualmente) que tardaría meses en cerrarse y me obligó a llevar durante algunos meses una bota militar en el pie izquierdo y la zapatilla de deporte en el derecho, o sea que, del famoso » mes de permiso» nada de nada. De hecho jamás lo tuve en mi peculiar y larga «mili»
Una vez en la compañía onservé que habían varias » pandillas» o grupos. Destacaban entre todas la de los andaluces, liderado por un cordobés de Cabra de nombre Rafael Urbano Romero, alias » el Fonta» que acabaría siendo mi mejor AMIGO de » mili» mientras vivió. La de los vascos euzcaldunes, que apestaba a ETA hasta el punto de ser vigilados muy de cerca por los mandos y, abrirles la correspondecia ( doy fe de ello) y que apenas se mezclaban, por no decir que nada, con el resto de la tropa, los madrileños pernoctas, por lo general voluntarios e hijos de papá que iban a dormir cada noche a casa, menos la que tocaba guardia o retén, que eran una de cada tres; la de mis paisanos, los catalanes, los «polacos» ( aun que una gran parte de mandos de los boinas azules, empezando por el teniente coronel que era de Pineda de Mar eran catalanes) el grupo más numeroso, pero que, cómo si fuera una profecía de lo que iba a llegar cuatro décadas más tarde, estaba divididos por tres grupos bien distintos. Los de » Girona» y la Cataluña má sprofunda o » carlista» que diríamos ahora en plan peyorativo. recuerdo a varios de ellos: Puigderejols, Bonmatí, Messeguer, Rahola, Pujol, Perramón, Ollé, Puig…» Pata negra» que dirían algunos supremacistas actualmente. los de Lleida, más bien solitarios y » ahorradores» que apenas entraban en la cantina para no gastar, y los de Barcelona , Tarragona y varios cabos de Mallorca que hacían vida casi comunal y en el que terminaría por integrarme y liderar tras la misteriosa muerte del » Fonta»
Al llegar me uní, todavía no sé por qué, al grupo de los andaluces, aunque no corre gota de sangre de dicha tierra en mis venas.
Con ellos me pegué, en una ocasión con un » primero» ( cabo primero) chusquero que me quiso meter un paquete tras hostiarlo junto a un » chinook» ( helicópteros de transporte de tropas).
Varios de «mis» andaluces encabezados por el » Fonta» lo cogieron a solanas por banda con una «faca» en la mano y , tras jurar no sé qué de sus muertos y cortales los «guevos» le sacaron la idea al chusquero de meterme un paquete.
Eran gente asilvestrada pero legal y con huevos. Así me gusta la gente,, aunque si es cultivada además, pues miel sobre ojeras.
Con ellos me emborarché muchas veces, me fui de putas a Colmenar Viejo, canté cien veces sus canciones, principalmente » Algo se muere en el » arma», cuando un amigo se va»…Y otras que, con varios litros de vino peleón en el estómago y con un hígado joven caían bien al » soma» y a la psique.
Lo que me chocaba de aquel grupo de una docena de andaluces era que, la mayoría, entre vinacho y vinacho, aseguraba, siempre a » solanas» sin que la censura militar nos escuchara ( el «gallego» hacía muy poco que había estirado los pinreles») que eran » muy de izquierdas» » muuuurojos». todos menos uno de pasta y también cordobés, hijo de terrateniente que era de derechas al igual que yo.
Aunque poco importaban derechas o izquierdas cuando lo que importaba de veras era pasarlo lo mejor posible y que llegara pronto la » blanca» ( licencia para largarse una vez a casa)
Varios de ellos eran miembros de cofradías, principalmente los sevillanos y granadinos.
Siempre les preguntaba, pues yo por entonces era católico que, si siempre estaban » jurando» que eran ateos convencidos, cómo podían tener tanta fe en » su» Cristo de no sé qué, o su » Virgencita» de no sé cuanto.
Ellos me decían, quede claro que de cultura poca ese grupo ( salvo yo, y la modestia a tomar por saco) que ellos eran ¡ATEOS!..pero que eso » no sacaba que fueran verdaderos devotos de tal o cual cofradía» o que se dejarían matar por » su» Cristo de vete tú a saber qué o «su» Virgen de no sé cuanto.
Una noche, mi mejor amigo en la » mili», el «Fonta», mi mejoc conmilitón, murió a mi lado, al salir de una «imaginaria», la siempre puta tercera imaginaria.
Jamás supimos de qué había muerto Rafael Urbano Romero, el » Fonta» , mi mejor amigo entre aquel castrense y golfo grupo.
Ahora tengo claro por los síntomas que fue un ictus, pues lo he vivido más tarde y por desgracia en mi casa. Pero, en aquellos tiempso no lo supimos ni nadie nos lo dijo
La muerte del » Fonta» acabó de paso con la » hermandad» de los andaluces ( más el «polaco» o sea yo), pues descabezado su líder natural acabaron mal entre ellos, pues eran gente brava y de mano fácil que a hostias iban casi cada noche.
Ante la situación yo dejé el grupo y acabé siendo algo así cómo el nuevo » varanda» o líder de los de Barcelona y Tarragona ¿ casualmente actual Tabarnia?. Todavía hoy me saludo con alguno de ellos al cruzarnos por la calle y, hasta me alegro de verlos y recordar aquellos tiempso en que salíamos a patrullar por el monte, supuestamente por si había un comando de ETA, aunque en los CETME no había una puta bala ( cuán grande soldado es el español si tuviera buenos mandos de cuatro u ocho estrellas )
Todavía hoy, pasado más de cuatro décadas, me pregunto por qué leches esos andaluces que aseguran ( entonces aseguraban) ser , y sus votos lo reflejan ( por desgracia según mi criterio) tan de izquierdas y ateos, se emocionan o incluso algunos lloran pasionalmente por llevar una imagen sobre su lomo, para días después cagarse en Dios la Virgen y, asegurar que son ateos y » muuuu rojos»
Vaya mi escrito In memóriam por Rafa » El Fonta» que, si existiera el Cielo o el Infierno, vaya ustedes a saber, pues quizá para ir a un lugar u otro todo sea cuestión de sobornos, estarían babiendo cómo un bandolero y buscando camorra con » toDios» y cagándose en los muertos del Diablo.