Hoy hace cuarenta años que en España se puede votar democráticamente.
Por esas fechas yo andaba oliendo a chusco, CETME ( fusil de asalta español) y chuleando de boina azul ( F.A.M.E.T)
Me quedaban pocos meses para la » blanca»; la licencia para volver a la vida civil, aunque en mi caso no fuera tal civil como para otros( pero eso forma parte del periodo de mi vida más intima y que más bulos ha hecho correr).
En los cuarteles había ruido de sables.
Recuerdo aquella semana, tras ponernos de » bonito» y bien duchados, aunque en aquella base de los «boinas azules» jamás tuvimos agua corriente, pues se subía en camiones cuba desde Colmenar Viejo. Nos habíamos preparado para «bajar» al pueblo, fuera Guadalix de la Sierra o, en mi caso Colmenar Viejo para llenar un poco la barriga..y vaciar , si había suerte, los testículos.
Como yo estaba canino y en mi familia más de los mismo ( algunas décadas antes estábamos en los más florido de la burguesía, pero, el puto juego y las putas pueden llevar a la ruina a familias enteras), estos pequeños placeres o necesidades las tenía cubiertas gracias a la «generosidad» de un tal Francesc, niño pijo de la parte alta de Barcelona, hijo de un empresario ( cadena de panaderías entre otras cosas) que,llegó a los » boinas azules» rico y virgen y, marchó un año y medio más tarde más tarde igual de acaudalado pero con la virginidad perdida en uno de los dos putiferios de Colmenar Viejo.
Francesc, de la zona de Sarriá-Sant Gervasi ( parte alta de BCN) tenía «parné» pero le faltaba otra cosa que no sólo sirve para guardar el semen, y yo, del Poble Sec ( lindando con el «Chino») no tenía un duro, pero, quizá por no criarme en plan pijo y menos «nenaza», se me daban más los lances de manos y pies, y mordiscos si era necesario. Por lo cual, le hacía un poco de » guardaespaldas» o » asesor» en los pequeños vicios de la castrense juventud
Aquellos viajes cada semana o quince días, dependiendo de guardias, retenes, refuerzos, arrestos, para comernos 2 o 3 platos de lentejas con chorizo y seguidamente ir a «mojar» ( pagando Francesc, claro) a los » putiferios», de los que recuerdo sus «tabaquiles» nombres: Fortuna y Ducados, eran uno de los momentos «gustosos» de la monótona vida de la soldadesca, si descontamos algunas borracheras en la cantina, acompañados de algún suboficial, generalmente dos sargentos y un brigada de Zamora con apellido de edificio gallego, y que empalmaban las borracheras, en la cantina y en los dos cromáticos putiferios .
Un día sonó la corneta y, se nos ordenó formar a toda la compañía para llevarnos a la sombra de uno de los veteranos «chinooks» ( helicópteros militares de transporte comprados de segunda mano a los EEUU que los habían utilizado en Vietnam).
Una vez allí se nos ordenó sentarnos y, un capitán de apellido vasco y el único que llevaba, al estilo británico, una varilla de mando bajo el brazo, nos advirtió de lo malo que sería que ganara las elecciones los » rojos»
Yo pensaba que los militares tenían prohibido hablar de política, ya que, el patriotismo está muy por encima de la política.
También era verdad que, la mayoría de mandos estaban ya en sus casas, pues eran sobre las 18 horas.
El jefe de la unidad, teniente coronel Yraizov, catalán, de Pineda de Mar, estoy convencido que no lo hubiera permitido. Y dos ( de los cuatro) de los tenientes de la compañía, ambos también paisanos míos, Josep Ors y Toni Blasco, el militar más militar que llegué a conocer, y cuya joven esposa, de BCN, cada vez que subía a la base regalaba a la guardia un par de paquetes de cigarrillos y a los catalanes nos hablaba en catalán (estoy seguro que más de uno le dio a la » manivela» estando de guardia pensando en mi paisana que, además de buena estaba muy buena) tampoco lo hubieran permitido. Pero sucedió, aunque luego las salas de banderas andaran revueltas y llenas .
Personalmente apenas sabía qué partidos se presentaban, aunque, nos llegó un sobre bajo mano con el listado. Me lo leí con afán y, pensé que , dos de los partidos políticos que se presentaban hubieran tenido mi voto.
Por suerte no pude votar y, pocos años más tarde, uno de esos partidos desapareció, y el otro, residual, quedó prácticamente limitado al norte de España, concretamente a Navarra y poco más ( menos mal que yo, que soy un ateo convencido no llegué a votar aquellos carcas)
Fuera como fuera, llegó la » blanca» ( la vida civil), para mí empezaba una nueva y extraña vida sin duda (al menos por unos años) y, el gran disgusto: Mis padres habían votado socialista ( sin serlo)
Sería la única vez que mi añorado padre pudo votar, pues llegó la puta Parca y se lo llevó, y, estando yo en casa, el «Felipe» no se llevó jamás un voto de los Aracil.
A mis 62 años, monárquico, liberal, ateo, ecologista ( pero de los de verdad, no de los «chupaporros» y «lamecipreses») . «anaranjado» y con ciertos bagaje cultural, doy gracia a que España votara en Libertad. Una Libertad que, por desgracia, veo cada día más amenazada y, a mi país, y a mi patria chica, cada vez más cainistas
Quizá sea sólo la edad y los recuerdos. Haya paz y democracia para todos, y MIERDA ( y cárcel si es necesario)para los que quieren romper esta democracia que tanto ha costado alcanzar
Carpe Diem.