GUÍA “IMPÍA” DE LA CATALUÑA PIADOSA. ( Un libro que jamás llegó a nacer)

GUÍA “IMPÍA” DE LA CATALUÑA PIADOSA.
(Una visión crítica de los supuestos milagros, hechos y creencias religiosas sobrenaturales)

PREFACIO

Una fría mañana de invierno decidí pasar un rato en el claustro de la Catedral de Barcelona.

Aunque soy agnóstico, me gusta pasear por los claustro de monasterios y catedrales, principalmente si éstas son góticas, encuentro en ellos PAZ y Armonía, dos factores psicológicos que en ocasiones favorecen más al ser humano que una dosis de valium o lexatín.
Al salir, era a primera hora de la mañana, antes de que llegaran los grupos masivos de turistas que visitan la Ciudad Condal y lógicamente su histórica catedral, decidí dar un último paseo en este caso por el interior del templo. Había poca gente, un grupo de respetuosos turistas japoneses que llevaban sus clásicas cámaras digitales en la mano, algunos ancianos, principalmente mujeres, y un sacerdote de largas barbas, con aspecto de misionero decimonónico que por su vestimenta parecía acabar de ofrecer la misa a sus fieles. Junto a la capilla donde se encuentra el crucifijo conocido como “Cristo de Lepanto” habían dos mujeres, ya algo más que otoñales. Una de ellas hablaba con acento catalán, la otra con un pronunciado deje argentino; la catalana le estaba contando a su compañera lo “milagroso” que era aquel Cristo, y pude escuchar de nuevo la piadosa leyenda del Cristo que presente en la batalla de Lepanto, esquivó como excelente esgrimista o fajado boxeador, una bala, posiblemente de cañón, que le habían lanzado los otomanos.
La mujer explicaba la historia convencida, y la argentina la escuchaba casi con la boca abierta. Yo lógicamente y ¡faltaría más! ,algo apartado de éllas, pensé para mis adentros, en lo crédulo que puede ser una persona a nivel religioso ( y también político, que también de “leyendas” viven los políticos) y recordé que pocos días antes, había leído en un periódico de distribución gratuita, la historia de los “pañales del Niño Jesús” que durante siglos se creyó que estaban en la ciudad de Lleida.
En ese momento y al salir a la calle, y tras mirar el “piadoso” cartel que anunciaba a los fieles que para visitar el templo ( y por lo tanto para rezar) catedralicio en las horas del mediodía se debía dar un “donativo” ( y no precisamente simbólico) decidí escribir un libro que recogiera alguna de las “historias piadosas” que tenemos en Cataluña, y que en algunos casos se encuentran de lleno en el mundo de lo paranormal, cuando no de la superstición.
Con una cuarentena larga de libros publicados, dos son las colecciones que más me han “llenado”; una la titulada por mis editores La Cataluña mágica (ocho títulos en total) y la polémica colección La Cataluña maldita (cuatro títulos), la cual fue muy mal acogida en círculos y ambientes religiosamente conservadores, e incluso me valió recibir algún anónimo “desagradable” cuando no francamente amenazante. En todos aquellos libros, y principalmente en los pertenecientes a la segunda colección, se trataba de alguna manera el tema de la religión, desde un punto de vista totalmente heterodoxo e incluso, por qué no decirlo, crítico. Pero jamás había hecho una guía totalmente dedicada a las creencias “piadosas” y los fenómenos religiosos que han tenido como cuna o como mínimo asiento en Cataluña.
Quiero dejar bien claro, al igual que he hecho en libros anteriores, que soy totalmente respetuoso con las creencias religiosas de los demás, aunque muchas de las personas “piadosas”, lleven sotana o no, aún serían partidarios en pleno siglo XXI, de quemar los libros “impíos” o paganos ( como hicieron con los primeras biblias traducidas al inglés, cuyo autor,William Tyndale fue ahorcado y seguidamente quemado su cuerpo por las “piadosas” autoridades católicas de Amberes) cuando no en algunos casos muy radicales, a los autores.
Es mucho más cómodo ser creyente, sea de la religión que sea, que un agnóstico convencido o que un ateo (que son dos cosas diferentes). No voy a negar que en algunos momentos, siento en mi interior un cierto vacío “trascendental”, que intento compensar en mi creencia y defensa de la familia y de la Naturaleza, que en mi caso, viene a suplir mi fe en Dios.
No comprendo que alguien crea en los milagros, aunque hay algunos que parecen no tener una explicación racional, pero lo acepto con respeto y naturalidad; no creo que alguien que ha cometido un delito como un robo, una violación, una estafa o incluso un asesinato, crea que por ir a contárselo todo a un sacerdote en un confesionario, Dios se lo pueda perdonar, pero reconozco que hay casos en que necesitas hacer una catarsis, y uno lo hace con quien ama, otros con los psicoterapeutas, y millones de personas con un sacerdote, el cual después de reprenderlo y mandarle rezar unas cuantas oraciones y aconsejarle que no vuelva a hacerlo, le perdonará sus “pecados” en nombre del Señor; no creo en todo ello, pero en muchos sectores de nuestra sociedad las gentes siguen creyendo en cosas “maravillosas” realizadas por Dios, la Virgen, los ángeles o los santos, y estas creencias que forman para bien o para mal parte importante de nuestra cultura, es lo que hemos decidido presentar en este libro, pero desde un punto de vista “crítico”, muy alejados de aquellos “cantos de sirena” de la mayoría de autores, que sencillamente presentar el hecho, lo aceptan y se escudan en la fe.
Aún hay quien lee ávidamente aquel clásico titulado España, tierra de Santos del que es autor Argimiro Hidalgo Suárez (1), y cree con toda su fe lo que aquel señor les cuenta sobre santos, milagros, etc.
En mi caso voy a presentar también factores religiosos, pero de una manera heterodoxa, si quieren crítica, pues todo en este mundo tiene como mínimo dos versiones, la favorable y la opuesta.
El modus operandis que hemos elegido, ha sido presentar los casos que hemos escogido, en forma de fichas, para que el lector pueda leer el tema, ubicar los lugares para el caso de que quiera visitarlos, pues no olvidemos que hemos titulado este trabajo como “guía” y ofrecer una cierta bibliografía tanto del lado “oficial” y pío, como del heterodoxo e “impío”(2).

(1) Corre por mi despacho una versión de este libro editado por Sal Terrae, muy ilustrativo de lo que son las creencias más ortodoxas, cuando no integristas de la religión católica.
(2) La definión de “impío” que nosotros hemos escogido y que reproducimos del Diccionario de la lengua española es: Falto de piedad o fe religiosa

Miguel G. Aracil ( un libro que jamás vio la luz)

Gentileza de
www.editorialbastet.com

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa