El «enchufismo» eso tan atávico y español

EL ENCHUFISMO; ¿un mal endémico español?

 

Si no fuera por que no creo en los psicólogos (y psicólogas)  pediría que alguno intentara “expulsar” de mi mente (recordemos que al ser ateo no tengo alma) mi fobia al enchufismo.

Entiéndase cómo “enchufe” la obsesión que muchos tienen, de hecho de forma muy generalizada, en colocar en un buen puesto, empleo, posición, cargo a un amigo, familiar, compañer@ de cama o similares.

 

Si yo mismo me psicoanalizo, al estilo de aquel “crápula”, pues no era excesivamente trigo limpio, el Dr. Sigmund Freud, estoy convencido que el origen de esa fobia me viene de chaval y la voy a contar.

 

Siendo un adolescente, mis llorados padres tenían cómo gran ilusión para mi futuro que fuera químico. Concretamente un químico que entrara a trabajar en la empresa, todopoderosa por aquel entonces, Catalana de Gas y Electricidad, donde mi padre trabajaba desde los 18 años (hasta los 52 en que una puta enfermedad se lo llevó para siempre).

 

La verdad, a mí ser químico no me disgustaba, entre otras cosas por que no había estudiado todavía química.

 

Mi adolescente cerebro luchaba entre la química y la milicia, que uno, desde bien pequeño ha sido políticamente incorrecto.

 

Al llegar a tercer curso de bachiller me tuve que tragar lo que eran las “valencias”, los símbolos, los “itos, los “ atos” … las formulaciones y todo lo demás, hasta llegar al quinto curso del bachiller superior donde acabé hasta el pelo ( muy abundante y rubio en aquel entonces y que me hacía “ligar” más que al gallo de la Pasión”) de la química orgánica y el carbono.

 

Fue entonces cuando decidí mandar al carajo a la química e incluso mi “Cheminova” (un juguete para niños que aspiraban a  futuros químicos).

 

¡¡¡Quiero ser militar dije a mis padres!! ( en catalán , ya que es mi lengua materna).

 

Mis padres me dijeron que, siendo “hijo de empleado de la Catalana”  tenía derecho a ocupar un buen puesto en dicha empresa si seguía la carrera de químico, ya que, los hijos de empleados tenían “preferencia” sobre los “demás”. Lo cual siempre fue así.

Aquello me cabreó y mucho.

 

Aquel preferentismo me hizo poner de mala leche (por entonces yo había dejado de ser un “buen chico” y ya empezaba a ser un poco chulesco). Me llegó a impactar de una manera frontal.

 

Recuerdo cómo si fuera ayer, y han pasado 44 años, que les dije que el “enchufismo” o “preferentismo” era una guarrada. Y puse por ejemplo a mi amigo de correrías, J.A.P, un hijo de puta con el que compartía gamberradas y follones…además de uniforme ( Scouts de España).

Alguien pensará que me he pasado al llamar a mi amigo “hijo de puta”…

Nada más lejos de mi intención que insultar a quien fue amigo mío incluso en la “mili” cuando J.A.P corrió a hostias al hijo del entonces alcalde de Móstoles y le jodió el coche para venir a visitarme al Hospital Militar Gómez Ulla donde me pasé setenta largos días.

 

No, en absoluto, lo que sucede es que mi examigo (hace años que no lo veo) tuvo como madre a una ramera de la calle de las Tapias ( las de 200 pesetas un polvo, y 250 “servicio completo”) que lo abandonó a los dos años y fue un verdadero “ superviviente” que hizo de todo en su Barrio Chino ( ahora El Raval) para poder hacerse “mayor”…No añadiré que “ y honrado” pues siempre fue un quinqui; pero buen compañero que no te dejaba solo en una pelea o problema…aunque no devolvía lo que le prestabas..

 

Me indignaba que mi amigo, por ser hijo de ese tipo de mujer y de las “cien mil leches” no tuviera las mismas oportunidades que podía tener yo.

 

La cosa es que me negué a ser químico ¡¡¡qué horror!!! Y, como en mi casa me dijeron que militar no lo aceptaban (tenían sus razones para ellos, puedo asegurarlo) le dije a mi madre ( vuelvo a traducir al castellano):” pues seré periodista, escritor, y correré por todo el mundo visitando ruinas, escribiendo libro, y me iré de expediciones”.

 

A la edad de 59 años, y casi tantos libros publicados como años tengo,  y casi 800 reportajes a cuestas, creo que lo he conseguido.

 

Pero, aquella “marginación” que iba a sufrir mi examigo me marcó de por vida.

 

Estando en la “mili” y poco antes de recibir la “blanca” ( licencia para largarme) me llegó una carta de mis llorados padres comunicándome que, les habían concedido un piso nuevo en el barrio barcelonés del Bon Pastó, que de hecho era simplemente el Buen Pastor, pues en aquellos tiempos no hablaba catalán ni Dios en aquella zona. Y lo sabía bien pues mi primera novia, Tere “ la roja”, era de allí y la visité ( y otras cosas) bastante en su escalera.

 

En un principio me horrorizaba dejar mi Poble Sec ( sí, el barrio de J.Manuel Serrat) donde ya había nacido el canalla de mi bisabuelo en 1875 ( lo de canalla es debido a que nos devaluó de la burguesía catalana a la ruina por su obsesión por el puto juego y las “señoras” de buen ver). Pero la suerte estaba echada… “Nen”…camino del Bon Pastor…

 

Por cierto, pensé en lo mal que lo iba a pasar mi madre, muy catalanista (que no separatista) ella, que creyó siempre que el tal Jordi Pujol era una especie de divinidad…¡¡¡cosas veréis Sancho ( aunque no en TV3)!!!

 

Al llegar a Barcelona oliendo a chusco y con el toque de diana todavía en la cabeza me enteré que aquellos pisos de la Catalana de Gas y Electricidad los otorgaban a dedo algunos líderes sindicalistas de la empresa y, mi padre, no sé por qué, pues siempre fue apolítico, se afilió durante unos meses a CC.OO. Afortunadamente se la abrieron los ojos y dejó correr el tema.

 

Pero, el enchufismo y la militancia en el COCO le había valido un piso nuevo, que , por desgracia duró poco ya que murió muy pronto y mi novia, ahora esposa y yo, no nos quedábamos en ese barrio ( después tampoco en el Poble Sec) ni locos. Marchamos mi madre, mi esposa y yo a buscar nuevos y mejores aires.

 

Era el segundo caso de enchufismo que me marcó.

 

Desde entonces, ya adulto y “cabeza de familia” he ido viendo muchos casos, y, cada vez me provocaban más arcadas.

 

No seré yo quien diga que jamás ha “enchufado” a una persona. Cuando mi hija tenía todavía 17 años la editorial ArboR Líber (Grupo Roselló-La Espiral) de la que yo era asesor ya le publicó un ensayo ( todo un récord por la edad) que, si he de ser sincero, si no llega a ser por que era hija mía no le hubieran publicado.

Posiblemente ha sido mi única excepción.

 

En los últimos treinta años he recibido decenas de peticiones de “enchufe”. Principalmente en mis tiempos de director periodístico en el Grupo Editorial PROTUSA, y, si unos me daban nauseas, otros en cambio me provocaban meteorismo intestinal (con perdón)

 

También ahora, y con cierta regularidad, se dejan caer algun@s por mi despacho privado a pedirme que les “enchufe” un reportaje en tal revista ya que el “dire” es amigo mío; o, incluso algun@s, bastantes, me piden que les de un “enchufe” para que algún editor mío , o la misma Editorial Bastet les publique algún trabajo…

Alguna incluso muestra generosa el canalillo que discurre entre sus bellos senos…Sin duda sin ningún tipo de picardía.

 

Ya no siento asco, solamente recuerdo al pobre examigo J.A.P que, tal vez, y no sería de extrañar, se encuentre acomodado en régimen de pensión completa en La Modelo o “Cuatres Camíns” pues el camino lo tenía marcado.

 

Pienso que, tan vez si él hubiera tenido algún “enchufe”, algo tan español cómo la paella, la siesta o la envidia ( los toros no los nombro pues los aborrezco) ahora podría  ser un químico a punto de jubilarse.

 

Pero no tuvo acceso al “ enchufismo” atávico que desde siempre ha sido muy nuestro…Y si no se lo creen,, solamente escuchen los informativos de radio y TV y sepan leer entre líneas.

 

Y ahora les dejo, que uno de mis gatos me pide que le busque un buen enchufe para dormir en el mejor sillón de casa, en detrimento del otro, que es más tímido.

 

 

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa