Fue hace más de tres décadas.
El equipo de fútbol estaba vinculado a una macroempresa de servicios catalana de la que nacería años más tarde Gas Natural.
En el equipo había tres jugadores que se llamaban Rafa. Curiosamente el más joven de unos 18 años, y el mayor, de apenas cuarenta eran padre e hijo.
En los vestuarios y los campos de juego los jugadores, aunque compañeros se llaman muchas cosas; unas agradables y otras todo lo contrario
En este caso, el joven Rafa ( fruto de un penalty, pero marcado no con una, si no con dos pelotas) llamaba a su padre cornudo, pedazo cabrón y otras lindezas.
Yo no podía comprender aquellas » confianzas» ¿? ( y una mierda, confianzas).
Los años que tuve la suerte de poder disfrutar del cariño de mi padre, muerto demasiado joven, había tenido toda la confianza y más en él; incluso al haber sido él boxeador aficionado ( y además peso pesado) recuerdo con nostalgia, por no decir lágrimas en los ojos, cuando hacíamos » guantes» y nos dábamos de hostias jugando o entrenando…Lo que iba bien para vivir en el barrio dónde nací, y donde ya habían nacido varias generaciones de mi familia materna: Poble Sec-Barrio Chino.
Igual sin duda, pero más confianza que la yo tuve con mi padres nadie la puede tener. Pero de ahí a insultarlos hay un trecho abismal
A unos padres se les debe respeto ( y cariño incondicional, salvo excepciones) y, un insulto a un padre, para mi gusto, debe de tener una respuesta categórica…Y ya desde la primera infancia, para evitar que de mayor te diga tu hijo de todo menos » bonito»
Una mañana, íbamos a bucear Rafa-padre, un examigo íntimo de cuyo nombre no quiero ni acordarme y yo por aguas de Torredembarra ( Costa Dorada.Tarragona).
Mientras los tres dábamos botes sobre una Zodiak Mark I y su motor Tohatsu , no pude reprimir el preguntarle ( yo iba a ser padre pronto) por qué dejaba que su hijo le insultada de esa manera.
Rafa-padre me miró casi ofendido y, brillándole los ojos más que su prematura y total alopecia me dijo algo así: » A un hijo le debes permitir todo y no prohibirle nada… te diga lo que te diga. Son niños que han de aprende a ser y vivir LIBRES» ¿?¿?.
Empezamos a discutir, mientras las bibotellas de 10 litros ( Cressy) daban algunos saltos en la » bañera» de la embarcación…La cosa iba a más cuando, Rafa-padre me dijo: » Claro, esa es la diferencia entre nosotros, los » demócratas» ¿?¿? y vosotros los….»……………………………..»
La cosa acabó mal y, nunca más nos hablamos.
Al año siguiente, y siguiendo las indicaciones del por entonces vicepresidente del gobierno, señor «Arfonso» Guerra en un mitin famoso, al que, lógicamente no asistí, pero del que escuché por televisión algunas de las frases más destacadas por ese gran político ( dicho con toda sinceridad si lo comparamos con lo que hoy corre por la Piel de Toro) dirigidas a ciertos ciudadanos catalanes y madrileños, colgué las botas ( jugaba de defensa y en la derecha…) y, cambiamos las doradas arenas de Torredembarra (Tarragona) por las maravillosas calas del Cap de Creus ( Costa Brava-Norte) .De lo mejor que he hecho en mi ya casi larga vida.
A Rafa-padre sólo lo vi algunos años más tarde cuando vino a mi casa a leer el contador de gas y, apenas nos dijimos hola.
Esta tarde, estando en una biblioteca pública de BCN tomando notas de un libro agotado hace años ( en caso contrario tengo la mala costumbre de comprarlo, pues, cómo escritor sé que, mis colegas también comen cada día…al igual que sus familias y mascotas) ha entrado una mujer joven, aunque, por las falsas mechas blancas del cabello quizá intentaba aparentar más edad. Llevaba un niño de la mano.
La «criaturita» sólo entrar se ha puesto a gritar y tocar todo lo que tenía a mano.
La madre, gafas » lenon» en los ojos, pañuelo palestino al cuello, y unos raídos ( pero sin duda caros) pantalones ajustados y rotos exprofeso ( menuda mierda de moda el llevar agujeros en la ropa y creer que vas elegante), lo miraba sin decirle nada.
Un empleado de la biblioteca ( pienso que no deberían dejar entrar niños, que para eso las hay de infantiles) le ha pedido silencio…La madre, casi ofendida, le ha dicho al «monstruito» que se callara…
Lo que ha salido de la boca de la «tierna criatura» no sale de los labios de un sargento de la Legión estando de maniobras, y, todas dirigidas a su «progresista» mamuchi…
Me la he quedado mirando y, me ha venido a la cabeza mi excompañero de » darle a la pelota» y su hijo…
Veo que, algunas cosas no cambian, de hecho creo que van a peor, pues, si no estoy mal informado, si un padre o madre le dan una bofetada a su hijo, hasta puede caerle alguna pena al progenitor.
Cómo diría el indio Jerónimo o su colega de plumas Caballo Loco ¡¡¡yo no entender!!!
Quizá sea por que, cómo me dijo hace más de tres décadas en la Zódiak mi excompañero de balonazos, yo soy « un facha, un carca y un decimonónico«…
Tal vez sí, pero, por lo menos mi hija, con sus treinta años de edad jamás me ha faltado el respeto…y, la confianza siempre ha sido total entre ambos…o eso supongo ..
Bueno, ustedes perdonen y, si su hijo o hija ( por la paridad lo digo) le insulta, pues usted sabrá si le riñe, le da una bofetada o, se lo permite para que. así llegue a ser LIBRE….
¡¡Yo no entender modernos, jao!!!!