Cuando veo a un vagabundo se me parte el corazón ( no a un perroflauta)

Si alguna vez nací sensible, que sin duda lo fui, el paso de los años, la gente, las experiencias, los pseudoamigos, las putadas, haber recorrido mucho mundo ( literal) y la vida me han endurecido el corazón ( pues alma no tengo)

Pocas cosas me causan pena en la vida. No lo digo cómo un mérito, que no lo es en absoluto, al contrario. Pero así es y así lo cuento

La muerte de un animal, aunque no sea mío, por ejemplo, me hace polvo.

Pero desde siempre lo que me lastima la psique y mi parte » espiritual ( siempre reconozco ser menos espiritual que un billete de 500 euros) es ver a los vagabundos ( no a sucios perroflautas antisistema soplando maría y metiéndose mierda) solos , en plena calle, durmiendo sin futuro, y, en ocasiones sin presente. Aunque sin duda con un pasado que sólo éllos conocen

Cada vez que veo a un@ pienso que, muy posiblemente de niño tuvo unos padres que lo quisieron. o alguien que se interesó por él y le dió ( y quizá fue mutuo) cariño. Qué puta es la vida en ocasiones para algun@s.

No soy sensibilero, romántico y menos blandorro o nenaza, pero, cuánto mayor me hago más pena siento por esa gente sin futuro, pero seguro que con pasado.

Por el barrio corre últimamente un chaval catalán, de unos veintipocos años, sucio hasta lo denunciable y pidiendo dinero. Normalmente junto al cine Floridablanca.

El primer día le di algo. la segunda vez le pegué un bufido pues lo había visto salir de un Cónsum con dos cartones ( tetra) de vino peleón.

Pero cuando los veo no puedo dejar de sentir una inmensa pena

www.miguelaracil.com

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa