Hará unos 30 años o poco más estaba dando una conferencia en la Sala Abraxas de Barcelona sobre un reciente libro mio cuando, entre el público se levantó un tipo de mi edad por entonces ( treinta años o poco más) y me intentó » petar» la conferencia.
Dicho sujeto era conocido en el » mundillo» como Francesc el » Comeniños» pues era muy dado a este tipo de protagonismo y reventar conferencias y ponencias ajenas. Cuándo no a injuriar a terceras personas.
Al terminar la accidentada charla me fui para él y, los editores de la recién nacida Editorial Índigo me cogieron y dejaron que el «Comeniños» desapareciera.
Dos semanas más tarde y por simple casualidad, coincidimos en un programa de radio que dirigían los compañeros Miguel Seguí, periodista científico, y Sonia Rubio.
Como allí nadie me podía sujetar, le di una sesión de » reiki». Una vez «encajados» todos los pases terapeúticos (que tan siquiera conocía, lógicamente, pues es un eufemismo lo del reiki) me confesó, llorando en un rincón, que se había equivocado y me había confundido con Josep María Armengou i Marsáns ( catalá químicamente pur, como a él le gustaba autodenominarse) fundador de la revista Karma 7 y , por aquel entonces mi director.
Me pidió disculpas y, todavía hoy, alguna vez que coincidimos en alguna de las pocas librerías especializadas que quedan en BCN, el » Comeniños» se larga al momento. Y eso que ya doy por saldada la » deuda» y, a mi edad, soy la persona más pacífica… del mundo; bueno, al menos de mi casa, descontando a mi gato Vlad ( Puma , el otro gato es un vago y ni para pelearse se levanta de su sitio)
Esta mañana, tras regresar de un viaje relámpago e inesperado por trabajo (entrevista) a Rubí junto a mi esposa, ambos hemos asistido a un mitin político que se ha realizado a pocos metros de mi casa.
En Cataluña estamos en periodo electoral y con el ambiente cargado al máximo.
Entre banderas españolas, catalanas y de Europa uno de los fundadores hace once años del partido y profesor universitario estaba hablando y preparando la presentación de la guapa ( al menos a mi me gusta y mucho) cabeza de lista de dicho partido cuando, los que estábamos en las últimas filas hemos escuchado unos gritos, insultos, rebuznos y, hemos podido observar cómo una «representación» de la «élite cultural y democrática» catalana pasaba a lomos de veloces monopatines y dejando un pestazo a porro ( siento poca simpatía hacia por «porreras» piensen cómo piensen y toquen la cuerda que toquen) que tiraba de espaldas. Estoy seguro de poder adivinar de qué formación política era la » representación» y que, en ocasiones se huelen el sobaco para «disfrutar» de su «patriotismo».
Lógicamente se han escuchado algunos improperios por parte de algunos asistentes ( no he abierto boca, pues supongo que su única intención era provocar). Hasta aquí todo normal en un país dónde el sentir democrático cada uno lo interpreta a su manera. Incluso para cierta gente, si no piensas cómo ellos, no eras un » bon catalá»…
Lo más curioso, por no decir repugnante es que, la » quinta del porro» se había equivocado de mitin al que insultar, pues al ver las banderas se habían pensado que era otro partido estatal a cuyos políticos aludían con sus insultos.
He olvidado el tema, mientras la » quinta del porro» desaparecía veloz por la calle Pelai y yo miraba directamente a la guapa política ( al menos para mi) que empezaba a dar su mitin.
Lo único que me ha venido a la mente es algo que, como soy muy borde y mala persona y no colecciono amistades, hace años que vengo diciendo públicamente: ¿todos los «entes» de dos patas y con DNI deberían tener el derecho a votar ?
¿Una serie de sujetos, mamíferos cómo yo, deberían poder nivelar o desnivelar con sus votos a un país, un Estado, una nación?
Me es indiferente si el «limitado social , cultural y ético» es de una ultra o de otra ( ambas despreciables para mi gusto), pero, eso que ciertos «mamíferos de dos patas y DNI» puedan votar, me sigue pareciendo un LUJO que, una sociedad normal y moderna debería de pensárselo muy bien
El Borde de la frontera dixi
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