Cambiarse la chaqueta o la camisa ( política) qué envidia me dan

Corría finales de los 80 y principios de los 90 del pasado siglo. Yo ocupaba el cargo de director periodístico en una conocida revista especializada, principalmente en enigmas y misterios, junto a otros temas heterodoxos.

Desde » arriba» me había colocado, por «decreto ley» un fotógrafo de redacción.

Era un tipo feo, enclenque y que no tenía media hostia, aunque siempre podía cornearte por la espalda.

Era el fotógrafo » oficial» ya que, a su voluptuosa, atractiva y puteril esposa ( supongo que la boda sería un penalti, pues no veo otra explicación)se la beneficiaba la máxima autoridad de aquel grupo editorial, potente en su momento.

No me caía bien, no por ser cornudo, que eso es cuestión de cada cual, si no por ser » consentido», pues sabía lo que llevaba en la » cabeza», pero hacía la vista corta y el bolsillo largo.

Además era militante activo del Partido Socialista de Catalunya ( al que respeto totalmente, eso seguro), y yo, por aquellos tiempos, «daba de comer a las gaviotas».

Cuando tras cinco años de curro y lujoso despacho en la calle Diputació, sede de aquella editorial «largué» el cargo ( y perdí muchos » amigos»¿?¿?, claro, eso siempre sucede), dejé de ver al que todos llamábamos «el banyes» ( el «cuernos» en catalán ) y no supe nada más de él

El pasado mes de diciembre, firmando libros en el Fórum ( BCN) me lo encontré. Tras guardar las distancias, no fuera que me sacara un ojo con un cuerno, me contó que era el fotógrafo oficial del político catalán por el que siento más desprecio ( y el más listo de todos para mí).

Le pregunté si se había girado la camisa y me respondió con aquello de «la pela es la pela». Le dije que seguía tan cornudo como siempre, pero ahora chaquetero ( y para peor) , a lo que me respondió: » No, lo primero no, pues me divorcié hace casi veinte años»

En mis añorados tiempos mozos, trascurridos todos ellos en los Scouts-Exploradores de España,uno de mis subordinados o ayudantes de tropa, que además era pariente mío ( en aquellos tiempos todavía creía en los lazos familiares lejanos) recibía serias advertencias y amonestaciones del jefe de tropa ( o sea yo) por sus públicas manifestaciones profalangistas en una asociación donde, el patriotismo ( de cara a lo español) estaba siempre presente ( y en mí lo sigue estando)pero nuestro reglamento scout nos prohibía las manifestaciones políticas de cualquier signo.

Mi examigo y expariente , que se apellida como el presuntamente más corrupto expresident que ha tenido la moderna Generalitat de Catalunya, andaba obsesionado con afiliarse en la O.J.E. ( Organización Juvenil Española, de talante falangista).

No pudo hacerlo ya que, tras expulsarlo de nuestra tropa ( ANEDE 240 Barcelona Poble Sec-Barrio Chino) por meter la mano en la caja, nos fuimos a la » mili»

Sólo volví a verlo en la boda de una prima hermana mutua ( hace décadas no me hablo con nadie de mi familia si exceptuamos a mi esposa, mi hija y mis gatos)y me comentó que, posiblemente se iba a hacer militante de la UCD ( eran los tiempos de Suárez)

Me olvidé de ese sujeto hasta hace unas semanas que lo vi aparecer por el face book.

Con más kilos y algo menos de pelo ( en eso hemos ido bastante a la par) su muro parecía la oficina electoral y publicitaria de cierto partido independentista (, fotos mesiánicas, slogans, » cubana» –bandera estelada—comentarios antiespañoles…)

No me extrañó en aquel sujeto, pero ahora me pregunto sí, el » banyes» y el que se apellida como el presuntamente más corrupto expresident de la Generalitat estarán en estos momentos dando gritos de » Sí se puede».

No me extrañaría nada.

La pregunta es: ¿le sale a cuenta a una persona girarse de camisa dependiendo del viento político, o es mejor ser un » encastillado» como yo, que apenas lo he hecho a mi edad?

Creo que, deberían darme envidia el cornudo y el chorizo, ya que, saben amoldarse y, al menos uno de ellos vivir de la política o de los políticos.

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa