¿Algo huele mal? ¿Será que está podrido? Sin ánimo de ofender, aunque, tampoco pasa nada

 ¡¡¡Estoy de mala leche!!!.

Esta tarde tenía tres reuniones. Desde las 17 hasta las 20 horas. Con dos amigos y con un colega de profesión respectivamente.

No he podido atender a ninguna de ellas debido a la mala praxis de unos energúmenos que, debido a su dejadez profesional me han machacado la tarde.

Dos de las reuniones, la de los amigos, quedan aplazadas, sin más problemas, para mañana a la misma hora, pero, la del colega, que vive en Madrid y estaba de visita   profesional “secreta” (en mi mundillo profesional somos muy paranoicos casi todos y muy de “capillitas”) se ha ido al carajo.

Nos tendremos que ver pronto en la capital del Estado ¿ en secreto también, colega?.

Cómo soy muy borde, lo que más siento es que, los dos o tres, vaya usted a saber, que diría el “picha fría”,  culpables de este error se quedarán tan tranquilos y, el día 30 cobrarán igual su sueldo.

Tal vez, por esa dejadez España, o lo que queda de ella, sigue siendo el culo de Europa…y con lo que nos viene, ya ni a culo llegaremos.

Por unos momentos he pensado sobre lo que veo últimamente y, creo, quizá sean simples paranoias, que “algo” huele mal.

La semana pasada, viniendo en bus desde una población cercana, subió a la altura de Hospitales de Llobregat una señora mayor, de unos ochenta y tantos años. Caminaba con un bastón.

La miré fíjamente pues con sus gruesas gafas y el pelo teñido de rubio me recordó a mi difunta madre, aunque, por desgracia, ella murió a mi edad. De hecho considero que murió dos veces.

El bus iba casi lleno, con bastante gente muy joven sentada. La mayoría jugando con sus móviles o escuchando ¿música? por los auriculares. Nadie en absoluto se levantó para cederle el asiento.

Yo, con mis sesenta años, que pasado mañana cambio por 61, y con un fuerte dolor en la pierda derecha, “regalo” de la mala praxis en quirófano de un médico cubano y el corporativismo de sus colegas, consistente en una neuropatía periférica crónica que me obligará toda la vida ( llevo cinco años así) a tomar diariamente la famosa gamapentina, me levanté y, cómo civilizado, scout, personal normal, bien nacido…o lo que sea, cedí mi asiento.

Al momento una educada y atenta joven de color ( y si lo digo yo…) se levantó, pidió perdón y fue ella quién cedió el puesto a la anciana.

Miré con desprecio aquel rebaño de jovenzuelos y mamarrachos insolidarios, allí enganchados a sus aparatitos y pensé que, la extinción de los dinosaurios fue un verdadero error cronológico, ya que, hasta los dinosaurios tenían más sentimientos que parte del “futuro” que nos espera.

Y es que, algo huele mal

Yo, por deformación profesional o por masoquismo, o quizá por haber estado siempre muy politizado, pero con un C.I. suficiente para saber criticar a los ¿míos?  (o exmíos en este caso) cuando se lo merecen (a este paso cada día varias veces, pues huelen muy mal), y aplaudir a los contrarios cuándo lo hacen bien, me engancho a los informativos con avidez ( menos los de TV3- Catalunya Radio ya que, si ellos me tienen “baneado” hace años por “ unionista” yo los tengo a ellos por separatistas, ni la SEXTA ya que, cómo los toros, aunque sean daltonianos, envisto cuándo velo el color rojo) y, tras escuchar lo que cada medio cuenta a “ su” manera, pienso que, algo huele mal…pero MUY MAL!!!

En pocos meses, varias personas, conocidas simplemente del facebook  (que en  bastantes ocasiones me recuerda a “Sálvame”)  me han pedido favores editoriales o periodísticos (habla con fulano, para ver si me publican tal o cual cosilla o un libro…) y, al negarme los he visto desaparecer  para ¿siempre?¿abducidos por un chupacabras o un OVNI? ¿ cabreados?…

Cuando gente a la que apenas conoces sólo contacta contigo  para pedirte favores profesionales es que, algo huele mal…

Hace muy pocos días, en un viaje relámpago y críptico a Madrid me reuní para tomarnos unas birras con un colega de mi “mundillo” profesional. Era una visita rápida y con él debía de hablar sobre un futuro proyecto.

Sonriendo me dijo: “¿Sabes que a XXXXXXXXXXX que no sabe escribir dos líneas seguidas sin hacer diez faltas de ortografía le han publicado un libro, Lo ví anunciado el otro día en el FB, y, en la emisora todavía nos estamos meando de risa? Se lo habrá hecho, cómo siempre, el negro de un negro, (literario, no étnico) con lo mal que paga”

No sonreí, ya que no me hizo ninguna gracia.

Lo sabía hacía tiempo y no había dicho nada ya que,  adivinaba y después supe, los motivos. Cuándo el lametazo en el culo o la cuenta corriente y los “regalos” pueden más que la profesionalidad, no hay duda ¡¡¡algo huele mal!!!

Hace dos semanas vi a un viejo conocido, incluso antigua amistad de familia al que llamaremos Roger Roig (Rogelio Rojo en castellano) aunque no sea su nombre y al que conocí hace treinta años, cuándo él era un sindicalista convencido y comprometido que se había quedado en el paro.

Roger (Rogelio en castellano) cuando se quedó en el paro montó un pequeño taller cerca de Girona. Cómo a trabajador no hay quién le gane (nunca he sabido qué puñetas hacía metido en aquel sindicato) y su inteligencia es altísima, empezó a trabajar fuerte, mano a mano con su esposa, una andaluza de Granada que, es más independentista que un medio subvencionado de mi tierra, aunque, desde que llegó emigrada a Santa Coloma de Gramanet hace más de cincuenta años, siendo una niña, y hasta  ahora, todavía no habla catalán ¡¡¡menuda rufianada!!!

A los cinco años cómo pequeño empresario estaba ya acomodado. Cinco años más tarde y con casi cien empleados ya era rico, y, algunos años más tarde está forrado. ¡¡me alegro por él!! Lo prometo, ya que, se lo ha ganado trabajando muy duro, no robando o con sobornos y comisiones ilegales, algo tan clásico actualmente. Y, además,  no viaja a  Panamá , Andorra o Gibraltar (que yo sepa).

Todavía recuerdo cuando se retiraron las añoradas pesetas y repentinamente se compró una preciosa embarcación con dos camarotes, comedor, cocina y todo los demás. Aunque sólo había un “pero” . No tenía título de navegación ni había navegado…Me pidió que le sacara la embarcación de su amarradero y nos fuimos a recorrer un poco ese Mare Nóstrum maravilloso con toda la familia.

La última vez que hablé con él  hace un año, cenando junto al mar y en familia ( ahora nos giramos la cara gracias al “ procés” y la “ fraternidad” entre catalanes que ha conllevado el momento que se vive en mi tierra) me comentaba sus nuevos proyectos, tan tranquilo, y tras tomarse una docena de Voll Damm ( no son exageraciones, pues es gran bebedor y sabe beber, aunque no sé qué opinaran sus transaminasas) y mientras preparaba para la siguiente semana una estancia de casi un mes por tierras del sur de África, en un carísimo safari fotográfico.

El proyecto más cercano consistía en despedir a sesenta empleados sólo llegar de vacaciones.

Y se quedó tan tranquilo, mientras escuchábamos las olas del Cap de Creus, y su esposa comía pistachos y bebía cava de Sant Sadurní y la mía me aconsejaba marchar a nuestro humilde “ tipi” que no “ domus”

Me costaba comprender cómo, aquel hombre que había subido de la nada, podía estar tan tranquilo sabiendo que, cuando llegaran él y su salerosa esposa del carísimo viaje, iba a mandar al paro a 60 familias…

Yo, que soy muy borde (es el motivo de la cabecera de mi blog) y no precisamente de izquierdas, me horrorizo sólo con pensarlo.¡¡¡ algo huele mal!!!

Quizá sea que, cuando sólo faltan  48 horas para cumplir los sesenta y un años me empiezo hacer viejo (aunque mis condiciones físicas son bastante mejores que la mayoría de jóvenes que conozco y, buceo desde marzo  hasta octubre sin neopreno) y que soy más anticuado que la corbata de Pedro Picapiedra, pero, cuando veo lo que veo; escucho lo que escucho, y sé lo que sé ( de mi mundillo, por alguna extraña facultad me entero de TODO, sea de mi tierra o de la “ Villa y Corte) pienso que, ¡¡¡algo huele mal!!!!

Pienso que no soy de mi tiempo, soy anacrónico, que no anarquista, ¡¡no jodamos!!.

Me levanto para dejar sentarse a la gente mayor; me dolería tener que despedir a nadie de su trabajo si no lo merece; aunque me encantaría despedir a los que no merecen su trabajo (cómo los canallas que me han jodido hoy la tarde), no sé lamer culos, por mucho que la otra persona me haga regalos o tenga mucha pasta…Soy muy raro, pero mucho.

Tal vez por ello sólo me estiman mi esposa, mi hija y mis gatos Vlad y Puma, y tan vez mis nietos de cuatro patas Lucky y Escubydoo…Y, vete tú a saber si alguna persona más.

Por cierto, algo huele mal en estos momentos…¡¡¡Es mi gato Vlad, que en ocasiones tiene meterorismo gatuno cuando come butifarra con » secas»!!!

Qué susto, ya me creía que, hasta en mi despacho habían llegado ciertos personajes

Sean ustedes felices

Carpe Diem

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa