Si un millón moscas comer mierda es que debe de tener buen sabor.
Hace casi treinta años que me dedico profesionalmente a la “extraña” profesión de “juntar letras” o sea a escribir libros (periodismo aparte).
Como catalán, escritor e incluso como “scout” (sí los que hacemos una buena obra cada día, o al menos así nos lo pidió Baden Powell, nuestro fundador) el 23 de abril, Sant Jordi y Día del Libro se supone que debo tener como mínimo diez orgasmos profesionales por hora.
Aunque no siempre sea así en mi caso.
He firmado libros ese día unos 25 años.
Las experiencias han sido variadas.
Buenas, regulares (como en Ceuta y Melilla y sus laureados “tabores”) y otros malos
Sant Jordi es un día para que firmen los autores mediáticos. Algun@s de los cuales sólo ponen el nombre, pues quien les escribe el texto es un “negro” literario. Y ejemplos conocemos bastantes.
Pero a lo que vamos.
Si una constante me he encontrado en esta fiesta literaria (en los últimos años muy politizada…como casi en todo) ha sido con la persona que pregunta a los vendedores : ¿ qué libros es el más vendido este año, pues ese me llevo?.
Con más o menos variaciones es una constante.
Recuerdo el Sant Jordi de 2004 pues me tocó ir a firmar a varios centros de El Corte Inglés.
A última hora, en las mesas de dicha cadena en su centro de la Diagonal estábamos firmando Jorge Molist, María Galiana (la “abuela” de la serie Cuéntame), Nani Roma, que me sacaba una cabeza en estatura, y dos “entes” de la telebasura que todavía me dicen que participan en programas de cierto canal de basura televisiva. Pensaba que se acababan con todas las cervezas de Barcelona y en una sola firma.¡¡cómo bebían las tías, oye pues…!!
Todos ellos, salvo las dos “telebasureras”, gente amable y con los que valía la pena charlar.
Jorge Molist y yo estábamos hablando de los misterios de la iglesia medieval de Santa Anna, en plena Plaça de Catalunya.
Se nos acercó una mujer alta y al parecer hiperactiva, y, de sopetón nos dijo: “quiero comprar el libro que más se ha vendido este año”. La enviamos a la pocoamable, más bien estúpida radical, vendedora que teníamos muy cerca.
Aquello me hizo pensar, y hoy también leyendo unos mensajes de twiter lo sigo pensando, en una experiencia que viví personalmente, y de la que fui “culpable”
Siendo director de la revista Mundo Oculto, el editor, señor editor para todos menos para mí, escribió un libro. El cual se dio a distribuir a la más importante distribuidora que tenía por entonces este país; “Prólogo” se llamaba.
Tras varis meses de machacona publicidad en la revista (contraportada completa e interiores) y algunos anuncios pagados en las radios, apenas se vendía ( es que era malo de narices).
Tocado el ego patológico de dicho editor-autor, me preguntó qué podíamos hacer para que se vendiera.
Mi respuesta, y en aquel tiempo tenía menos experiencia que actualmente pero conocía el “patio” fue decirle: “Retira los libros ( sobre siete mil ejemplares) y ponles una etiqueta en la portada que sea un panegírico y un anzuelo”
Así se hizo.
Se mandó retirar el libro y, algunos trabajadores del grupo editorial se tiraron todo el día enganchando unas llamativas etiquetas amarillas fosforito que ponían” Cien mil ejemplares vendidos”
Se le volvió a entregar a la distribuidora, Prólogo; y, en menos de dos meses se tenía que reeditar dicho libro. Al poco tiempo, y con un PVP de unas cinco mil pesetas saltaba la tercera edición (la última edición, la décima, estaba sobre los 50 euros.
En aquella ocasión me vino a la mente la famosa frase que dice: Si un millón de moscas comen mierda, será por que sabe bien, tantas moscas no pueden equivocarse”.
Esa misma frase me vino a la mente cuando alguien me dijo que un libro firmado por Belén Esteban era un bestseller y de lo más vendido en España (así nos va)
Pues señores y señoras, ya saben, si un millón de moscas comen mierda, debe de ser por que es buena.
Aunque no seré yo quien practique la coprofragia (comer excrementos) literaria.
Buen provecho, Bon profit