Prisciliano no se merecía ni el ático de Rouco¡¡¡pecador!!!

Por alguna extraña razón el hereje Prisciliano siempre me cayó bien

 

Cuando  en un par de libros míos escribí sobre los herejes adopcionistas, principalmente mi paisano Feliu de Urgell, y las putadas que le hizo la Iglesia ( algo muy propio de dicha decana multinacional) tuve que empollar bastante sobre dicho heresiarca.

 

Hoy voy a dedicarle unas pocas líneas, ya que, cuando más leo sobre él (mejor si no lo ha escrito un cura o uno del Opus  Dei) mejor me cae.

 

No voy a parir otra biografía del hereje, que las hay y, alguna de ellas muy buena.

 

Prisciliano nació al año 350 en una acomodada familia en Galicia.

 

Sí, era gallego, cómo el  Rajoy y  Pepiño Blanco¡¡¡pero sin comparaciones, que no las permitiré!!!

 

De joven lo mandaron a estudiar a Burdigala (Burdeos), donde adquirió una muy buena cultura y pegó sus primeros polvos. Al parecer con una tal Prócula, aunque otros dicen que con una tal Gala ¿acaso no podía darle al fornicio con dos a la vez?

A mi edad ya no aguanta el cuerpo, pero, siendo joven y sin problemas ¿por qué no? ¡¡¡ayyyyyy dunas de Torredembarra ( Tarragona) si pudierais hablar!!!

 

Le ofrecieron ser un alto cargo de la Iglesia, pero, como el chaval era honrado y le gustaba más el primitivo cristianismo dejó su puesto para otro “trepa”  con menos escrúpulos ¡¡¡si hubieran vivido Flavio Monederus o Cayo Coletus ya serían papas, y cobrando como Dios…!!!!

 

Prefirió montarse su propio chiringuito con una mezcla de gnosticismo, maniqueísmo, orientalismo, místicismo, y, varios “ismos” más.

 

Una vez montado la lió con algunas de sus “manías” y “pecados”. Vamos a comentar sólo algunos.

 

Permitía que los sacerdotes llevaran el pelo largo ( sin que nadie les dijera “ mariquita”, “ mariquita” como en otros credos); le encantaban los animales, cómo al pedazo borde ( de la Frontera) que nacería 16 siglos más tarde en Barcino para dar por saco con sus libros y reportajes; pensaba que las mujeres eran iguales a los hombres y podían asistir a las reuniones y lecturas sobre los textos evangélicos¡¡¡rojo, pedazo rojo!!!; se negaba a realizar sus ritos sagrados en grandes y ricos templos, ya que prefería más los bosques y cuevas ¿criptodruida?, lugares ancestrales y sagrados; ordenaba doctores y maestros laicos ( es que no te enteras “ Prisci, que eso no se hace, que le jodes el “ negocio” a los de la curia); tendía a ser vegetariano ( eso sí que me parece una putada macho, ni loco, con lo bueno que está el jalufo y lo que les jode a los musulmanes); la consagración de la eucaristía la hacía con uvas y leche. ¡¡¡Con lo bueno que está el vinacho, mejor de Rioja y el pan recién hecho!!!

 

Recogía hierbas para curar y, aceptaba el aborto¡¡¡¡¡¡¡¡Rogelio!!!! si había necesidad.

 

Y, por si esto no fuera poco, permitía que en sus misas la gente danzara, riera, se lo pasara bien¡¡¡Cabronazo, no ves qué eso es pecado!!!

En aquellos tiempos, y de hecho hasta no hace mucho, pasárselo bien era pecado.

El “ rebaño” debe de hacer sólo lo que sus pastores “ oficiales” le ordenen…Que para eso nos protegen del Diablo y nos ordeñan en todos los sentidos ( en los caso más extremos, aunque no escasos, a quién ordeñan es a pobres niños y niñas, aunque por lo que parece esto tiende a cambiar con el Papa de la tierra del mate, el cual viva muchos años y no le suceda nada malo)

 

De su creencia  sobre la fabricación de las almas no vamos a comentar ya que, quien esto escribe, ateo convencido, no tiene. De hecho, con la cantidad de editor hijooputa que no paga (sean de revistas o literarios) ya me la hubiera empeñado en Cash Convérter.

 

Cuando el “Prisci” ya estaba bragado, tuvo la mala leche de condenar dos cosas sagradas y llenas de piedad: La esclavitud, y, la opulencia y el fornicio en que vivían los obispos. Ya lo dijo al papa Atila ¿o no era papa el Atila?: “Cuando las ganas de joder aprietan, ni los culos de los fieles ( no importa su edad o sexo) se respetan”

 

Con todas esas manías no era raro que terminara cómo terminó. En la picota y con la cabeza cortada, junto a seis seguidores (uno de ellos mujer)

 

Mira que era pecaminoso el “Prisci”.

 

Pero no contento con haber estado en ida jodiendo a la Iglesia varios años, sin entender que la Santa Madre Iglesia sólo intenta llevarnos por el buen camino y salvarnos, sin importar que Jesús de Galilea cada vez es más seguro que fue un zelote ( judío radical e independentista) y que  fuera el histérico de San Pablo quien inventara el cristianismo, pues nada, la lía después de decapitado.

 

Mientras en España todos andábamos contentos con la llegada de Santiago a tierras gallegas, aunque Santiago Apóstol jamás salió de tierras judías y murió el año 44, y con su ayudita contra los moros (no me da la gana llamarles magrebís, venga…) en la batalla de Clavijo, que, por cierto, fue un invento muy posterior, pues jamás existió dicha batalla, aparece primero un historiador francés; gabacho tenía que ser, de nombre Louis Dichesnes, y nos suelta que, quien está realmente enterrado en Compostela es el maloso de Prisciliano…Pero, ya se sabe con los franceses.

 

Y, lo peor, poco más tarde, dos becarios, dos simples aficionados como Sánchez Albornoz y mi tocayo Unamuno aceptan la hipótesis del gabacho¡¡¡qué coño sabrán ellos, si no estaban allí!!!

 

El que está enterrado en Santiago de Compostela es el apóstol, aunque jamás viniera a Hispania, ni las barcas de piedra floten ¿o sería una zódiak Mark II-Stone?

 

Y los cementerios celta, suevo (411-585), visigodo (585-711) y musulmán que se han encontrado bajo el subsuelo de la catedral compostelana sólo son pruebas que Dios, en su inmensa piedad, pone a su rebaño para ver si somos merecedores de ir al Cielo, al Infierno o peor, de ver “Sálvame” durante toda la Eternidad

 

 

Nada, que todo eso del Prisci es un pecaminoso complot judeo masónico polaco periodístico.

 

Cuando en abril-mayo de 1992 hice “mi” camino de Santiago (desde Puigcerda, en Girona hasta el Finisterre) para escribir un libro, varias veces reeditado, limpié mis pecados y, además me porté como el buen boy scout ( de España, que nadie se equivoque) que siempre he sido S.L.P.S

 

Prisciliano, eras un pecador y muy “maloso”. ¡¡¡En España algunos no te perdonan!!!!

 

No te mereces, ya no el Cielo, siquiera ni un simple ático de lujo…que eso es mejor para el piadoso Rouco

 

El autor

Periodista y escritor, mis pasos me han llevado a moverme por el mundo del misterio y de todo lo que tiene dos explicaciones: la ortodoxa y la heterodoxa