No es un reportaje. Es una experiencia vivida por mí, y que hace años Iker Jiménez, cuando éramos amigos me pidió que contara en TV, a lo que me negué. Pero ahora la cuento. Se pude creer o no…Allá cada cual si me conoce o no…
Hace aproximadamente 21 años yo era el director de la revista Mundo Oculto.
Tenía que mandar a un reportero, Lluis Utset, uno de los pioneros de Karma 7 a cubrir una noticia en Lourdes, ya que él, era muy católico y estaría muy contento con el tema, y yo en cambio agnóstico ( ahora ateo convencido) iba ya con un prisma negativo ( ver mi libro «¿Milagros en Cataluña: Entre el fraude y lo paranormal» editado por Editorial Bastet.).
Por razones que no voy a mencionar y que dicen poco de la moral de mi reportero, fui a cubrirlo yo, con mi esposa de acompañante.
Llegamos a la localidad de noche, muy oscura. Íbamos por una carretera sin luces, muy estrecha.
En un momento dado se nos apareció una mujer. Vestida de manera totalmente normal ( nada de túnicas, ni auras, ni ostias). Nos paró con la mano. Nos pidió si la podíamos llevar hasta la ciudad ( voz normal, nada de ultratumba…) . Accedí en mi regularcillo francés, pues se la veía seria y de mediana edad.
Subió detrás. En un momento dado y en lo que yo me creía que era una curva, me pidió que aflojara la velocidad y me dijo que allí había una curva muy peligrosa ( la verdad , casi no la había visto). Tomé la curva con precaución, pues sin el aviso quizá hubiéramos hecho el salto del pato…
Seguí hasta la entrada del pueblo ( o ciudad, como queráis). Al llegar al primer semáforo, paré para dejar a la mujer. Ya no estaba. Mi mujer, también escéptica, se quedó helada, y yo, no me lo creía, pues siempre me había reído de la “mujer de la curva”, tan sobada en mil programas y reportajes. Incluso hacía poco había hecho uno poniendo en duda la existencia de esta “multinacional” señora:
Llegamos a la localidad, cenamos, nos acostamos, y ni mi esposa ni yo, hemos casi, si exceptuamos un par de veces, hablado de aquel extraño suceso.
No fumo, ni apenas bebo alcohol, y menos si conduzco, y la droga me repugna, sea la que sea.
Alucinación, clarividencia de un suceso peligroso??? No sé actualmente qué sucedió, pero aquello fue real, o al menos una realidad TOTAL para mi esposa y para mi.
Sobre Lourdes, lo que vi, el negocio montado, los souvenirs, la manera de tratar a algunas pobres personas y demás, prefiero no hablar.
Esta fue la experiencia