EL TORO DE LA VEGA, LAS DOS ESPAÑAS A DÍA DE HOY
Siempre he rechazado el concepto de “las dos Españas”.
Jamás han existido “dos Españas”.
Nosotros, los españoles, y en dicha término añado, les guste o no, a mis paisanos (sólo por razones geográficas) Oriol Junqueras y Artur Más, somos y pensamos tan distinto que, podríamos hablar de los 47 millones de Españas. Una por cada ciudadano.
Tan siquiera podemos hablar, según mi visión personal, de un enfrentamiento entre las “dos Españas” durante nuestra fraticida Guerra Incivil ( 1936-1939).
En dicha contienda, los enfrentamientos entre socialistas, comunistas, anarquistas y demás “aristocracia del barrio” en el bando “republicano” causaron centenares de víctimas en su propio bando. Y, por el bando “nacional”, muchísimo más organizado, los enfrentamientos entre los chulescos y matones falangistas y los beatos requetés ( M.C.L.B.) causaron también bastantes víctimas, incluso tras terminar la guerra. Eso sí, en este caso estaba el “Paco” que, bajito, regordete y con voz aflautada, gastaba muy mala leche y, pegaba un puñetazo en la mesa, lanzaba un “ Me cago en Stalin” ( lógicamente no iba a ciscarse en Dios, y menos ante la “ Collares” y el brazo de Santa Teresa) y se acababan las disputas entre los camisas rojas del “Cara al Sol” y los “ boinas rojas” del “Oriamendi” ( M.C.L.B.) . Es lo que tiene que tuvieran su propio caudillo…
No, para mí jamás había existido el concepto “las dos Españas” hasta hoy
Sí, hoy han existido dos Españas: la de millones de españoles que hemos sentido asco, repugnancia, vomitera al ver o escuchar cómo un grupo de “intelectuales de la lanza” perseguían, torturaban y, finalmente asesinaban a un pobre toro; el cual, me jugaría las glándulas que segregan la testosterona, no pidió ser protagonista de esa ¿fiesta? repugnante para mí (y muchos millones de personas) . Sin descontar a los energúmenos que han agredido a varios periodistas que cubrían dicha “vergüenza” paleolítica.
Por otro lado había la “otra España”, la del garrote, la “fobiacultura”, las tradiciones bestiales heredadas de una oscura Alta Edad Media de la que muchos no han salido.
Esa España rancia, inculta, altomedieval, que, merecería tener de monarca a un anormal y mononeuronal cómo el decimonónico Fernando VII y su tardía inquisición. Y conste que soy monárquico de toda la vida.
Hoy sí, por fin han quedado claras las dos Españas, que no se dividen entre derechas e izquierdas, si no en personas que respetamos y amamos a los animales y una minoría que, disfruta y se siente más ¿patriota? y tradicionalista haciendo sufrir a un pobre animal, demasiado noble para ellos.
Quién esto escribe ha viajado cómo reportero por muchos países de cuatro continentes, y, amo el viajar, pero, si alguien me busca, puede estar seguro que jamás me encontrará en un pueblo dónde se tortura y asesina a un toro que no se lo merece y, que, además, agraden a los periodistas.
Señores que disfrutan con esta vergüenza llena de sangre, ustedes merecerían seguir viviendo en la España de Fernando VII, ya que, sin corona, pero están a su altura cultural.