CORNELIO AGRIPPA EN ESPAÑA:Milicia, alquimia y picaresca.
Si consultamos cualquier diccionario sobre esoterismo, sectas, sociedades secretas o personajes enigmáticos, posiblemente encontraremos el nombre de uno de los personajes más enigmáticos y polémicos del Renacimiento: Heinrich Cornelius Agrippa Von Nettesheim ( Colonia 1486 – Grenoble 1535), más conocido como Cornelio Agrippa o simplemente el mago Agrippa.
Unos lo definen como médico, otros como filósofo y muchos como un simple ocultista y aventurero aprovechado, aunque bien ilustrado.Lo que sí parece ser cierto, es que pese haber estado posiblemente estudiando o por lo menos acudiendo a varias universidades de diferentes países europeos, no alcanzó que se sepa ningún título académico auténtico.
Fue tanta su fama en el mundo esotérico, que el conocido escritor y ocultista francés Colin de Plancy (1783-1881), en su ya clásico y extenso libro Diccionario Infernal, le dedicó cinco páginas.
Uno de los más serios y objetivos historiadores que han estudiado la vida de este oscuro personaje, fue el profesor Joan García Font quien lo definió así: fundador de sociedades secretas, cronista oficial de Carlos V, aspirante a caballero del Toisón de Oro, personalidad equívoca y sorprendente y…espía.
Hay un Agrippa totalmente desconocido. El que nos habla de un hombre que contínuamente espía, que se vende a los poderosos,que no tiene reparos en estafar a los dueños de los hostales y posadas a las que acude, que inventa nuevos aparatos bélicos e incluso que destaca como un gran amante de los animales, algo bastante extraño si pensamos en el poco o ningún aprecio que las gentes de aquella época, sentían hacia los animales domésticos. Agrippa iba siempre acompañado de sus perros, concretamente dos grandes y fieles canes que lo siguieron por los diferentes países que visitaba.
Ya a los veinte años había destacado entre la gente que lo rodeaba, y curiosamente no por sus conocimientos esotéricos y filosóficos como era de esperar, si no por el valor casi temerario que demostraba en el campo de batalla en tierras italianas, pues luchó durante algunos años bajo las órdenes del belicoso emperador Maximiliano siendo admirado por todos sus compañeros de armas, pues era el primero en entrar en combate, y de los últimos en replegarse. Algunos biógrafos incluso lo definen como matachín de acero fácil y sin escrúpulos.
Parece ser que fue en aquellos tiempos de soldado de fortuna, en los que escuchó los primeros panegíricos y elogios, cuando decidió añadir a su verdadero apellido Agrippa, el más aristocrático de Von Nettesheim y se autoadjudicó el título de “doctor” en medicina y en ambos Derechos.
El primer contacto conocido de Agrippa con españoles, se lleva a cabo en el bulliciosa París de 1506,lugar de reunión de aventureros, pícaros y comerciantes de las más diversas mercancías y procedencias, donde alardea de sus conocimientos militares y como “inventor” de máquinas militares de asedio. En la capital francesa entra en contacto con un grupo de adinerados mercaderes catalanes y posiblemente mallorquines, los cuales se interesan por las revolucionarias “maquinas” bélicas que nuestro ocultista asegura haber inventado.
Agrippa decide con la excusa ( o quizá deseo real) de adentrarse en los estudios de la kábala y conocer a algunos de los últimos grandes kabalistas que aún quedaban en España ( “oficialmente” los últimos habían marchado en 1492), viajar a tierras catalanas.
Lo primero que hace en tierras hispanas es buscar nuevos seguidores de una extraña sociedad secreta fundada al parecer por él mismo en tierras francesas y que se llamaba “Soladitii Sacramentorun”.
Cornelio Agrippa asegura a sus incautos y crédulos adeptos, que en dicha sociedad se puede aprender el sagrado arte de transformar algunos burdos minerales en oro, gracias a los “supuestos” conocimientos alquímicos que asegura poseer y dominar.
Acompañado por un reducido grupo de seguidores, y sus dos inseparables canes, sus primeras aventuras por tierras españolas se suceden en tierras gerundenses ( enero de 1507), posiblemente en las cercanías de Castelló de Ampurias, donde existió un importante call ( judería) en la que habitaron antaño importantes kabalistas y quizá también en la muy cercana localidad de Vilajuiga (Villa de judíos) famosa por una legendaria “cabra” de oro macizo que espera que alguien la encuentre. J. Llarch creía que la cercana localidad de Vilabertrán, con un importantísimo monasterio y una inmejorable biblioteca, donde parece ser que hubo una buena colección de libros sobre hermetismo, también pudo ser el lugar donde habitó o por menos visitó con asiduidad el mago germano. Todas estas localidades se encuentran muy cerca entre ellas.
En esta zona ampurdanesa, parece ser que hospedado en un enorme caserón montó un gran laboratorio, donde experimentó con diferentes artilugios militares e incluso se dice que inventó un nuevo y poderoso tipo de mina explosiva capaz de derribar los más poderosos muros de una fortaleza o castillo. Todo ello compaginado con sus investigaciones alquímicas.
Entre los miembros españoles que ingresan en la orden secreta agripina, dos de ellos, de nombre Janot Bosc ( o Bach)y Dom de Girona ( o Xarona), este último al parecer un personaje poderoso y muy conectado con la Corona, viendo extraños indicios, quizá de espionaje, en el comportamiento del alemán, deciden acudir al monarca español Fernando el Católico y contarle las extrañas hazañas y conocimientos de Agrippa. El rey aragonés, desconfiado y precavido por naturaleza, y temiendo que dicho personaje pueda ser peligroso o instigador, lo vigila de cerca. El ocultista empieza a ver enemigos por todas partes e incluso piensa que pronto lo apresarán. Parece ser que en aquellos momentos, su “sociedad secreta” perdió un buen número de adeptos ( que tampoco eran muchos).
Algún tiempo más tarde, Agrippa asegurará que en aquella época, había recibido el encargo de un importante grupo de ricos prohombres y terratenientes catalanes, para que les proporcionara un nuevo sistema de armas ofensivas para defenderse de una posible e importante revolución que se estaba gestando por parte de los payeses, lo cual es negado categóricamente por el catedrático Manuel Milá i Fontanals, quien asegura que en aquellos tiempos, no se tiene noticia de ninguna posible revuelta campesina de cierta importancia en Cataluña, razón por la cual, el investigador M. Montí, asevera que muy posiblemente fue todo un invento o un fraude del alemán para darse más importancia de la que realmente tenía.
Se conserva una carta de Agrippa mandada a un íntimo amigo en la que dice al respecto: No estimo necesario recordarte cómo después de la toma de Ars Nigra (población totalmente ilocalizable en tierras catalanas) arrasada gracias a mis artilugios bélicos, me enviaron junto a Janot, a la guarnición de Vallis Rotunda, donde me vi amenazado de una pérfida población amenazadora.
El profesor García Font supone que esta “historia bélica” se trató solamente de una pequeña escaramuza en las cercanías de Castelló de Ampurias y que el nombre de “Vallis Rotunda” a que hace referencia, puede quizá tratarse de la población de Camprodón (Campus Rotundus) situada a muchos kilómetros de la comarca ampurdanesa, pero también en tierras gerundenses.
Parece ser que seguidamente se desplaza a los alrededores del lago de Banyoles, donde existió durante siglos un importante call y puede ser que aún quedaran algunos criptojudíos practicantes de la kábala, y seguidores de los conocimientos del gran estudioso Levi Ben Berson (1) ( natural o por lo menos asentado durante muchos años en dicho lugar)de quien el historiador Renán dijo que se trataba del más famoso sabio judío después del gran Maimónides.
Poco después viaja a Barcelona, pasando antes por la población de Bascará, famosa tiempo después por algunas de sus brujas.
En la Ciudad Condal, y concretamente en noviembre de 1508, parece ser que reside en lo que había sido hasta hacía muy poco tiempo barrio judío, quizá buscando a los últimos kabalistas barceloneses e intentando buscar nuevos adeptos para su sociedad secreta, que según parece, en aquellos momentos estaba bajo mínimos.
Poco después y según sabemos después de haber tenido algunos problemas con la justicia, posiblemente debido a la afición que tuvo toda su vida de pagar a sus deudores con monedas falsas ( en un principio parecían de oro, y poco después perdían todo su brillo y valor) Agrippa escapa de Barcelona hacia tierras levantinas, y se afinca en la bulliciosa y comercial Valencia, donde entra en contacto con un astrólogo y filósofo conocido como “El Sarraceno”, que había sido discípulo del célebre ocultista y kabalista castellano Abraham Ben Samuel Zacut (Zacuto)autor de La obra de los linajes, y uno de los últimos grandes astrólogos judíos de finales del mediévolo hispano, el cual, nacido en Salamanca, había tenido que huir a Portugal después del decreto de expulsión hasta su misteriosa muerte ( 1520).
En la capital valenciana, vuelve a tener problemas con la justicia y con algunos hombres poderosos de la ciudad, incluso se dice que algunas de sus monedas, se convertían pocas horas después de ser entregadas, en excrementos, y la cosa se le complica hasta el punto de que debe de escapar a uña de caballo, solo acompañado de sus dos fieles perros y un leal y viejo criado.
Hay algunas noticias que nos hablan de una breve estancia en la población catalana de Elna, donde se conservó en su monasterio románico una de las más importantes bibliotecas alquímicas de toda Cataluña.
Se refugia finalmente en la localidad gala de Aviñó, donde llega a finales de 1509.
Con este viaje a tierras valencianas y catalanas, termina la casi desconocida y olvidada aventura de Cornelio Agrippa por tierras españolas, donde según asegura Juan Sebastián Rahola, decidió escribir el libro que le llevaría a enfrentarse directamente con la Iglesia, y que se tituló De incercitudine et vanitatescientarum et artium en la que satirizó magistralmente la escolástica y el humanismo cristiano.
La vida de Agrippa es toda ella un arcano, incluida su muerte, pues mientras unos aseguran que murió en la miseria en un hospital de Lyon, los más objetivos, creen que murió en un palacio de Grenoble, propiedad de un rico hacendado suizo, y el tiempo que vivió en tierras españolas, fue posiblemente uno de los periodos más desconocidos de la vida del que muchos opinan que fue, el más grande mago y ocultista de todo el Renacimiento.
Lo fuera o no, nadie puede negarle que en su celebre obra La filosofía Oculta, trató de forma honesta, de dar a la magia un sentido científico y racional, lo cual en parte compensa sus muchas irregularidades personales a medio camino entre el aventurero ilustrado, el pseudocientífico y el pícaro.
(1) Dicho personaje es tenido por los franceses como de origen galo, aunque todos los estudios objetivos que se han realizado sobre él, indican que era catalán.